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Enviado por: Viene-el-Cambio en 29 Ene, 2009 - 03:32
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Hemos
dicho que la impunidad de Enrique Altamirano se ha terminado, por lo tanto toda
calumnia, difamaci�n y ataques contra personas dignas y trayectoria limpia, as�
como contra el pueblo salvadore�o, ser� debidamente refutada. Nadie le est�
pidiendo al director de el diario de hoy, Enrique Altamirano Madriz, que
renuncie a sus principios (si los tiene), a su extremismo ideol�gico, a su
permanente amargura. As� fue creado, se le foment� su odio de clase, su racismo
y su xenofobia.
Tomado de El Trompudo
El candidato presidencial del FMLN, Mauricio Funes, pone como �nica condici�n para concederle una entrevista a este medio de propaganda oficial, que cambie de actitud. Es decir, que modifique su conducta, as� como la manera de tratar y de calificar a las personas. Altamirano puede morir siendo un anticomunista ac�rrimo, un hombre defensor a ultranza de sus ideas, aunque est�n equivocadas (por ejemplo: defender un modelo econ�mico totalmente fracasado a nivel mundial, como el neoliberalismo; o atacar sin fundamento ni argumentos al creador del materialismo hist�rico y dial�ctico, Carlos Marx); pero nadie le ha otorgado derecho alguno para ofender a las personas, por humildes que estas sean, caso del presidente de Bolivia, Evo Morales, a quien sistem�ticamente llama “El emplumado”, o “Evo su�ter”.
Hay diferencias notables entre los principios y las actitudes, como tambi�n las hay entre una audiencia administrativa en el acto de la expedici�n de la reglamentaci�n pertinente y el debate en una legislatura que trata de la creaci�n de una ley. La principal diferencia estriba en el hecho de que Altamirano no asume responsabilidad alguna sobre las mentiras y difamaciones que propala, ni siquiera concede el derecho a respuesta solicitado por infinidad de personas que han sido agraviadas o calumniadas en el medio de publicidad de su propiedad. Al menos los congresistas o diputados asumen responsabilidad ante el electorado que puede o no elegirlos en la pr�xima contienda p�blica.
El joven pol�tico Mauricio Funes est� en su pleno derecho, de conceder o no entrevistas a los medios de informaci�n, se lo concede la Constituci�n y su propia formaci�n humanista; nadie lo puede obligar a someterse a los dictados o a la agenda ama�ada de peri�dicos como el diario de hoy, sobre todo si �ste �rgano oficial de propaganda de Arena, nunca ha cesado de calumniarlo, atacarlo y difamarlo p�blicamente, no s�lo con ep�tetos groseros, como decirle “canalla”, “rojillo”, “comunista” o “tonto �til”; sino que en su edici�n del mi�rcoles 28 de enero del a�o en curso, dedic� tres p�ginas de su pasqu�n para inmiscuirse en la vida privada del candidato, justific�ndose al decir que medios de comunicaci�n en otros pa�ses lo han hecho con presidentes o personas con aspiraciones a cargos p�blicos.
Si de “investigaciones period�sticas” se trata, si el diario de hoy es profesional e independiente, como afirma Altamirano, tambi�n debe preocuparse de publicar “algo” sobre la vida del candidato presidencial de Arena, Rodrigo �vila, de seguro encontrar� ah� aspectos interesantes, como sus dos matrimonios, sus v�nculos extra�os con pandilleros cuando fungi� como director de la polic�a nacional; sus acciones en casas vendedoras de armas de fuego o agencias de seguridad privadas, su amistad con la sociedad denominada “Amigos”, es decir, personas que aceptan abiertamente su homosexualidad.
“El periodista debe, como cualquier persona de bien, llevar una conducta decorosa y cumplir con las normas �ticas de su profesi�n”, dice Altamirano. Cu�les son los principios morales que avalan la conducta del director de el diario de hoy? Ser�n, por ventura, los exabruptos, las calumnias permanentes, el odio de clase o xenofobia o su racismo p�blico? Si realmente creyera en “la convivencia entre los hombres” y que “nuestro derecho termina donde comienza el del otro”, respetar�a el mandato constitucional y leg�timamente democr�tico de los presidentes Hugo Ch�vez (repito: ya quisi�ramos tener en nuestro pa�s un estadista del calibre de este hombre), Rafael Correa, Ra�l Castro o Evo Morales. C
C�mo es eso de decir que “defendemos el maravilloso legado jur�dico de las grandes democracias, lo que es la herencia preciosa que nos dejaron pensadores griegos, los juristas romanos, los Padres de la Iglesia y los fil�sofos de todas las �pocas”, cuando a duras penas tolera, pero no acepta, el arribo del presidente Barack Obama a la Casa Blanca, en Estados Unidos, simplemente por ser de raza negra; o fustiga la decisi�n de pueblos, como el paraguayo, de elegir como su mandatario a un obispo cat�lico; a monse�or Oscar Arnulfo Romero, quien permanece en el coraz�n del pueblo salvadore�o, siempre lo ha calificado de “comunista” y “tonto �til” de las “bandas enloquecidas”. Usted, se�or director, se vale de la ignorancia de grandes sectores de la poblaci�n para envenenarlos con sus comentarios y noticias ama�adas, acude al montaje de fotograf�as (como esas donde aparecen j�venes con pa�oletas del FMLN armados, posando en “lugares donde se desplazan”, bueno y si la inteligencia militar y la polic�a ya los tiene ubicados, por qu� no los han capturado, juzgado y condenados? Puras patra�as!).
Tambi�n recordamos cuando reporteros de su peri�dico hicieron un r�tulo con su pu�o y letra donde se le�a “Este hospital est� cerrado”; lo colocaron en una pared del Hospital Neumol�gico de los Planes de Renderos y le tomaron una foto, la cual fue publicada en su peri�dico. Era parte de la campa�a contra el presidente Jos� Napole�n Duarte y el Partido Dem�crata Cristiano, al cual usted ahora apoya, sencillamente porque conviene a los intereses bastardos de la oligarqu�a y Arena. Con todo, las mayor�as poblacionales est�n utilizando su propia experiencia, para desmentir la visi�n mentirosa de la realidad de nuestro pa�s, que Arena, el gobierno y sus �rganos oficiales de propaganda, divulgan.
La fuerza de la raz�n interviene en la pol�tica para desenmascarar la calumnia y las campa�as sucias, cumple una funci�n concreta, necesaria e irrenunciable de iluminaci�n contra el oscurantismo, la perfidia y la suciedad. Lo hizo en su momento Pablo Neruda con sus poemas, lo hizo Ernesto Cardenal, cuando las agencias de prensa imperialista intentaban ganar la batalla de la verdadera liberaci�n e independencia a los pueblos hermanos de Chile y Nicaragua.
Usted, con su poder medi�tico, o la oligarqu�a con todos sus millones, no podr�n por siempre mantener sojuzgado a este pueblo tan valeroso, pero castigado y sumido en la miseria por los gobiernos de Arena. De manera perversa acude a “analistas” o pol�ticos de derecha, para avalar y darle fuerza a las calumnias que propala su medio de publicidad.
Tambi�n lo hace citando a pastores religiosos, para crear un perverso antagonismo con el joven candidato presidencial del FMLN. Yo le recomendar�a leer, sin apasionamientos ni trabas ideol�gicas, el bello poemario Canto Nacional, de Garcilaso; disfr�telo con placer est�tico, ver� una realidad que, por sus propios valores instranferibles, por la misi�n que s�lo ella puede cumplir, se convierte en el poema concreto, como algo imprescindible en la vida y luchas pol�ticas. Obra que nos habla de una realidad social y, sobre todo, revela, con sensaciones, (mucho m�s eficaces que las cifras) el mundo prometido que habr� de conquistarse, la limpieza y el placer del hombre con el paisaje y con la sociedad que habr� de crearse y, un poco b�blicamente, restaurarse: el futuro en Canto Nacional es la conquista del para�so, pero no un para�so fuera de la historia, sue�o o af�n que se anhela entre cadenas, sino un lugar hecho por el hombre ,con sus manos y su historia actuales. Hago menci�n de esto porque usted pregona ser “un hombre culto” y un “creyente” (desde luego, en la mercanc�a, en el valor, en el dinero; pero jam�s en la solidaridad, en el bien com�n o en el humanismo cristiano. A las pruebas me remito).
Su forma tan prehist�rica de pensar es congruente con “los valores” que sustenta la oligarqu�a y Arena, su instrumento pol�tico. Este pensamiento es compartidfo, tambien, por todos los testaferros, lacayos, plum�feros y mercenarios de la palabra, quienes desde hace rato “vendieron su alma al diablo”, en contra de los m�s genuinos intereses del pueblo salvadore�o.
Usted, se�or director, en sus editoriales, noticias diarias y reportajes ama�ados, expresa la visi�n oficial del partido Arena y de sus patrocinadores; se mueve y act�a con las reglas que le favorecen, o con la pauta publicitaria que “engorda” sus cuentas bancarias. Hablar de la deshumanizaci�n del mundo y de la explotaci�n, como resultantes del triunfo del valor de cambio sobre el valor de uso de los productos, y del car�cter exclusivo de la ganancia en la cumbre de las virtudes sociales en el capitalismo, es una explicaci�n del fen�meno, pero no la encarnaci�n de la crueldad que esto provoca.
Esto lo describe perfectamente un poema de Ernesto Cardenal, con el que cerramos esta aclaraci�n y necesaria respuesta al se�or Altamirano, conocido por el pueblo salvadore�o como el dinosaurio :
“Corrupci�n, corrupci�n nacional fue el banquete de los banqueros en un banquete de zopilotes...
caballeros de negro frac en rueda, como zopilotes...
Y los pol�ticos, como murci�lagos ciegos que nos cagan, colgados en lo oscuro, cag�ndonos y orin�ndonos...
Cagadas y meadas de los murci�lagos color de tinieblas negras, alas revoloteando en el aire negro.”
Pocote
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