Buscar  
GLH-tv Producciones  


Australia: Campa�a un Dolar por el Cambio en El Salvador  


Informaci�n en videos  


Chat  


Mauricio Funes Futuro Presidente  

Indicador  

Reconocimiento al activista de Derechos Humanos   


Reflexiones de Fidel Castro  


Mantenga limpio El Salvador  


Campa�a de recolecci�n de fondos para el FMLN  


Por la ruta del Che  


Documentos de Estudio y Debate  


El FMLN Propone a la Naci�n  

El Manifiesto Comunista en Video  


Violeta Menjivar Alcaldesa de San Salvador  


Escuche Arpas Satelital (Nuevo)  


Descargue aqui  


Qui�n est� en l�nea  
Actualmente hay 6 invitados y 0 usuarios registrados en l�nea.

Puedes loguearte o crear una cuenta nueva aqui.

  

Comandantes FARC reafirman legitimidad de la lucha armada en Colombia

Enviado por: Viene-el-Cambio en 22 Jul, 2008 - 11:51 Noticias 

Los Comandantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) Rodrigo Granda y Jes�s Santrich reiteraron su posici�n ante el pueblo y el conflicto colombiano.
En un documento publicado en el portal web Bol�varsomostodos, ambos comandantes manifestaron que “empe�ar�n sus vidas de ser necesario” con el fin de “no defraudar a quienes creen en las luchas de los pueblos”.
A continuaci�n el texto completo:
Foto de archivo








CARTA A NUESTROS HERMANOS DE LUCHA

Escrito por Rodrigo Granda y Jes�s Santrich.

Jueves, 17 de julio de 2008

"Dichos�simo aquel que corriendo por entre los escollos de la guerra, de la pol�tica y de las desgracias p�blicas, preserva su honor intacto". Sim�n Bol�var.

Estimados compa�eros, militantes y simpatizantes de nuestra causa revolucionaria por la Nueva Colombia, el Socialismo y la Patria Grande.

Con un saludo fariano, marulandista y bolivariano reciban nuestro optimismo en el presente de lucha y algunas consideraciones que en principio estaban destinadas a ser compartidas con los camaradas de nuestro firme Partido Comunista Clandestino y especialmente con nuestros prisioneros de guerra que se encuentran en las c�rceles de Colombia y en el exterior, pero que con certeza tendr�n mejor destino si tambi�n llegan a las conciencias y los corazones de esa extensa comunidad de copartidarios, colaboradores, aliados y simpatizantes bolivarianos que sostienen la esperanza en un pronto futuro mejor para los pobres de la tierra.

Apreciados Quijotes de la comunera parcela de Jos� Antonio Gal�n; perseverantes de la Colombeia de Miranda; queridos compatriotas tambi�n de la Am�rica Nuestra. En medio de muchas circunstancias favorables y adversas, vicisitudes luctuosas algunas…, y en todo caso en la estrada del combate por el poder para los oprimidos, por el que hemos jurado vencer, con la certeza de que venceremos, hemos recibido con satisfacci�n las voces de respaldo y de fe absoluta que ustedes han ratificado, sin dilaciones, por las FARC-EP y por el proyecto que juntos llevamos adelante, sobre todo la reafirmaci�n en los principios como en los prop�sitos, en las v�as y en las formas de alcanzarlos en esta hora en que muchos desear�an vernos en la ruta de la claudicaci�n.

Quer�amos expresar sobre los documentos que por diversas rutas nos han hecho llegar para el estudio, que la mayor�a son cr�ticos, y al mismo tiempo solidarios, sin adulaciones pero con apropiado reconocimiento, sobre todo los de compa�eros dignos y respetables como lo son James Petras, Domingo Alberto Rangel, Vladimir Acosta, Narciso Isa Conde, Dax Toscano, Duglas Bravo…, Heinz Dieterich, entre muchos y muchos otros consecuentes revolucionarios y pensadores honorables, lo mismo que organizaciones sociales y pol�ticas, que han expresado sus condolencias y opiniones alrededor de la muerte del Com�ndate en Jefe Manuel Marulanda V�lez y sobre las circunstancias que rodean la lucha de resistencia de las FARC-EP. Creo que todos ustedes en la ciudad y nosotros en la monta�a, estamos llenos de gratitud, por la manera como han bien ponderado nuestra lucha como factor necesario y expresi�n del decoro de los pueblos, que como el colombiano combaten contra un r�gimen p�rfido y criminal.

Hay que reconocer que se requiere independencia intelectual, criterio propio, entereza moral y valent�a adem�s, para adoptar juicios rectos y categ�ricos como los de estos compa�eros, en momentos en los que es lo m�s c�modo, de ventaja, conveniencia y muy com�n la hipocres�a, la ponderaci�n falsaria…, y todos esos retru�canos con los que se suele manosear la realidad sin asco de arrastrar los principios para mostrarse revolucionario mientras se es oportunista, sobre todo cuando se aprovecha sinceras pero equ�vocas posiciones de buena fe que han venido de probados buenos hombre y mujeres, gobernantes o no, que claman por el desarme de las insurgencias anti olig�rquicas y anti imperialistas, creyendo que ese es el camino para encontrar la anhelada paz para los oprimidos.

No vamos a retomar ahora los argumentos de los mencionados por que creemos que adem�s de que han sido bastante difundidos y de manera magistral expresados, como suelen hacerlo con esa buena escritura que tienen por espada, ustedes ya los habr�n debatido suficientemente. S�lo queremos decir que como revolucionarios, los guerrilleros de las FARC, tratamos de aplicar el principio de la cr�tica y la autocr�tica con ecuanimidad, de manera constructiva, y nos complace escuchar con atenci�n a quienes nos enaltecen se�al�ndonos los errores o lo que ellos creen que es desacierto o inconveniencia. Detestamos s� la adulaci�n tanto como el oportunismo, y como el poeta Juvenal Herrera pensamos tambi�n en que es el silencio la cobard�a de los intelectuales; por ello valoramos mucho m�s las palabras que con valent�a salen a combatir en el terreno de la lucha ideol�gica, sobre todo cuando la asquerosa unipolaridad que pretenden los fundamentalistas del gran capital, impone por la fuerza y con el enga�o medi�tico el unanimismo pernicioso que conviene a los d�spotas, en el que individuo y sociedad son un todo, pero sumiso a los dict�menes de las trasnacionales.

Queremos dejar bien en claro la posici�n determinante que seguramente quienes siempre han confiando en nosotros la conocen, y es que empe�aremos nuestras vidas, como en efecto lo estamos haciendo, en no defraudar a quienes creen en las luchas de los pueblos, a quienes como ustedes respaldan la necesidad de la lucha armada en las circunstancias que rodean a los pobres de Colombia, y de otros pueblos pisoteados por la bota militarista y usurera de los yanquis y de sus �mulos, ac�litos y c�mplices en la desbocada rapi�a neo colonial.

No seremos inferiores al mayor compromiso que nos inspira la fe de aquellos que sin temer a las estigmatizaciones de la infame guerra antiterrorista, han levantado su voz contra los verdaderos terroristas del planeta y en especial contra aquellos que desde la Casa Blanca tienen ya en vilo la existencia de la humanidad, porque efectivamente somos lo que con sangre y vidas hemos jurado ser: soldados de Bol�var, indios bravos como Lautaro, Tupac Amaru, La Gaitana…, Calarc�; �guerrilleros de Manuel hasta la victoria o hasta la muerte! Somos luchadores con principios, comunistas convencidos, que asumimos con orgullo y persuasi�n absoluta el combate por la liberaci�n y la justicia social.

No deshonraremos el altar sagrado de nuestros muertos, no seremos indignos de su sangre que se derram� para que se mantenga la esperanza, no rebajaremos el sacrificio de Bol�var ni el de Mart�, como el de ninguno de nuestros pr�ceres de la independencia y la libertad, porque preferimos un San Pedro de Abanto a una paz de Zanj�n; un Manifiesto de Montecristi, un Grito de Yare o un Grito de Baire, un 19 de mayo en Boca de Dos R�os…, un octubre en la Higuera, un septiembre en La Moneda abrazando ametralladora y convicciones antes que rendici�n; un sablazo en Ayacucho, la suerte del Negro Primero en Carabobo, el destino de Caama�o en San Jos� de Ocoa, el camino de Avelito Santa Mar�a, evocar a Mariguela, la senda de Carlos Fonseca Amador y Farabundo Mart�, las cananas de Zapata y de Sandino, la suerte de Atanasio Girardot, de Ra�l Reyes e Iv�n R�os, la persistencia de Jacobo Arenas, partir en �tomos al lado de Ricaurte en San Mateo…, al Charle Magne Peralte que isa la dignidad Haitiana, el ejemplo del imbatible Manuel Marulanda V�lez… en fin, partir entre humo y metralla, una muerte en combate, que una claudicaci�n del pensamiento, porque tambi�n nosotros creemos en que la ley primera debe ser “el culto a la dignidad plena del hombre” y actuamos con la m�xima de que “Al acero responda el acero, y la amistad a la amistad”, seg�n lo expresara el Ap�stol de las Antillas, pues a nosotros tambi�n se nos ha ense�ado lo que pensaba el Tit�n de Bronce en cuanto a que “la libertad no se mendiga sino que se conquista con el filo del machete…” o aquello que dec�a el Che en cuanto a que “en una revoluci�n se triunfa o se muere si esta es verdadera”.

En nombre del fusil de Fabricio Ojeda, en nombre de Albizu Campos y los macheteros de Filiberto Ojeda, en nombre de Camilo Torres, cura y guerrillero; en nombre de los h�roes del Moncada y de Alegr�a de P�o, en nombre de los sufrientes del Cuartel San Carlos, en nombre de los m�rtires de la embajada japonesa en el Per�, en nombre del comandante Cerpa Cartolini y de cada guerrillero y revolucionario que ha entregado su vida por el sue�o de la emancipaci�n…, en nombre de los sue�os y de cada gota de sangre de los combatientes ca�dos en Nuestra Am�rica por evitar el yugo de los opresores es que juramos que no seremos nosotros quienes arriemos sus espadas, sus lanzas, sus machetes, sus fusiles y sus banderas. No seremos nosotros, NO y mil veces no quienes bajemos las armas de Marulanda, las armas del pueblo, que se han levantado por la emancipaci�n.

Hay ciertas concesiones inadmisibles entre revolucionarios, pues definidos estamos no s�lo como marxistas-leninistas sino como bolivarianos, y en tal compromiso no estamos dispuestos s�lo a lograr lo que se nos manifieste asequible sino lo que nos imponga la conciencia por deber. Como en la gesta del Libertador, “es imperturbable nuestra determinaci�n de independencia o nada” y as�, en el mejor sentido bolivariano reiteraremos como constante que, cuando la opresi�n no deja m�s alternativa, la insurrecci�n, la guerra de liberaci�n, constituye el leg�timo recurso de los pueblos para lograr la libertad.

Estamos en una confrontaci�n que no ha de cesar mientras no se acabe con las profundas causas sociales que la engendraron o se instaure un nuevo poder que establezca la justicia social. Entretanto se nos presentar�n �xitos que no nos deben envanecer y reveces que son propios de este tipo de lucha que hemos emprendido obligados por la perfidia de este r�gimen del terror…, pero en nada nos deber�n perturbar las adversidades; de ellas s�lo debemos sacar las experiencias que tambi�n nos aporten para desbrozar el camino de la victoria, pues como expresaba el Libertador “El hombre de bien y de valor debe ser indiferente a los choques de la mala suerte”.

Somos marulandistas; es para nosotros un orgullo haber sido y seguir siendo guerrilleros de Manuel, perseverantes, optimistas, �ntegros, sencillos y desinteresados, como �l. Y para quienes nos reprochan por nuestra condici�n insobornable en el desenvolvimiento de la t�ctica de la combinaci�n de las formas de lucha, creyendo que es posible lograr una transformaci�n pac�fica de su entorno social a favor de los despose�dos, no podemos menos que expresarles nuestros mejores deseos en su loable causa; pero al mismo tiempo reiteramos ante la faz del mundo que no somos nosotros quienes hemos empujado a Colombia a la guerra sino aquellos que no permiten que el pueblo tome la senda de la democracia y de la paz en la definici�n de su destino.

Por nuestras convicciones s�lo nos es dable estar por la Colombia Nueva m�s que por nuestras propias vidas, de tal suerte que si alguien ve improbable vencer que sepa que nadie nos podr� negar el derecho de morir por un mundo mejor en nombre de todos quienes lidian por su emancipaci�n en medio de la guerra sucia y el terrorismo de Estado imperial y criollo.

Nunca faltan los Judas, que se dejan sobornar por unas cuantas monedas de oro o por d�divas y promesas de cualquier tipo. Pero lo fundamental es que la codicia siempre ser� tenida como un asco entre los verdaderos revolucionarios.

Es preferible sin duda mantenerse en una guerra de resistencia por la dignidad, la justicia y la libertad que mantenerse sumiso a la tiran�a que como bien lo expres� Bol�var es el compendio de todas las guerras.

Hab�a escrito Lenin alguna vez refiri�ndose a quienes sosten�an la posici�n pol�tica del desarme aduciendo que tal reivindicaci�n era la expresi�n m�s franca, decidida y consecuente de la lucha contra todo militarismo y contra toda guerra, que “precisamente en este argumento fundamental reside la equivocaci�n fundamental de los partidarios del desarme.

Los socialistas, - dec�a Lenin- si no dejan de serlo, no pueden estar contra toda guerra.

En primer lugar, los socialistas nunca han sido ni podr�n ser enemigos de las guerras revolucionarias. La burgues�a de las 'grandes' potencias imperialistas es hoy reaccionaria de pies a cabeza, y nosotros reconocemos que la guerra que ahora hace esa burgues�a es una guerra reaccionaria, esclavista y criminal. Pero, �qu� podr�a decirse de una guerra contra esa burgues�a, de una guerra, por ejemplo, de los pueblos que esa burgues�a oprime y que de ella dependen, o de los pueblos coloniales, por su liberaci�n?” (…)

�Desde aquellos tiempos de la valerosa resistencia bolchevique habr� cambiado, compa�eros, la esencia criminal, “reaccionaria de pies a cabeza”, de esas burgues�as imperialistas?

�C�mo se han conquistado los cambios favorables para los oprimidos, incluso en procesos cuyos conductores, en varios casos, dan votos por el desarme?

Falta mucho trecho de lucha a�n por los despose�dos en el mundo; son m�s los escenarios del orbe donde se mantiene y crece la explotaci�n con m�s sa�a y avaricia que nunca, que aquellos donde se profundiza la emancipaci�n; de tal manera que no hay m�s que decir con Lenin que “S�lo cuando hayamos derribado, cuando hayamos vencido y expropiado definitivamente a la burgues�a en todo el mundo, y no s�lo en un pa�s, ser�n imposibles las guerras. Y desde un punto de vista cient�fico ser�a completamente err�neo y antirrevolucionario pasar por alto o disimular lo que tiene precisamente m�s importancia: el aplastamiento de la resistencia de la burgues�a, que es lo m�s dif�cil, lo que m�s lucha exige durante el paso al socialismo. Los popes "sociales" y los oportunistas est�n siempre dispuestos a so�ar con un futuro socialismo pac�fico, pero se distinguen de los socialdem�cratas revolucionarios precisamente en que no quieren pensar ni reflexionar en la encarnizada lucha de clases y en las guerras de clases para alcanzar ese bello porvenir”.

En el caso de las FARC, que desenvuelven su lucha en medio de las peores atrocidades que contra el pueblo desatan las oligarqu�as, jam�s condenaremos ni desistiremos de la insurrecci�n armada porque es, al menos en nuestras circunstancias terribles de sobre vivencia en Colombia, la manera que nos garantiza poder hacer verdadera resistencia a tan sanguinaria autocracia, a tan vil tiran�a y a tan macabro terrorismo de Estado impuesto por las oligarqu�as que atienden los mandatos de Washington.

Aunque la resistencia popular colombiana que es donde se inscribe cada esfuerzo de las FARC como pueblo en armas, a�n con su sacrificado hero�smo, a veces pareciera una lucha en solitario, lo cierto es que por estos d�as, con tanta expresi�n de apoyo y solidaridad, lo que tenemos es la constataci�n de que en ella se congregan los anhelos de millares y millares de compatriotas de la Am�rica Nuestra, de millares y millares de sojuzgados que sienten que en nuestras banderas, en nuestros lutos, en nuestros fusiles se expresa su propia lucha y sus propias esperanzas de justicia y Patria Grande.

Entonces, �est� la lucha de los pobres de Colombia y de las FARC como su leg�timo pu�o armado marchando en solitario contra el mundo entero?

�No! porque son sin duda tambi�n la expresi�n sentida de aquellos que en cualquier rinc�n del planeta no tienen la posibilidad del acogimiento medi�tico ni del lisonjeo capitalista. De todos ellos nuestra lucha de alguna manera es aliciente de su fe en la posibilidad de la resistencia y del triunfo de los despose�dos.

El imperialismo siempre tendr� pretextos para alimentar su avaricia. Cuando no los tiene los inventa. As� que est� fuera de l�gica responsabilizar de su perfidia, su tiran�a y sus agresiones a quienes resisten por su derecho de defender su sobre vivencia y su dignidad. Por lo dem�s todo aquel que pretenda oponerse a los designios de Washington ser� tildado de terrorista, de tal suerte que quien persista en la posici�n seraf�nica de que es el abandono de los fusiles lo que nos traer� la paz no estar� m�s que actuando como aquellos que buscan la causa de la fiebre en las sabanas y al final podr�an terminar convencidos de que con tal de vivir no importa permanecer arrodillado.

Nosotros tenemos frente a estas posiciones el mismo convencimiento del Libertador en cuanto a que no importa perecer con tal que sobre viva un pueblo.

Tenemos certeza de la justeza de nuestra lucha, de la pertinencia de las v�as y las formas y de la posibilidad del triunfo; pero ni a�n estando en la circunstancia de perderlo todo cejar�amos en nuestro empe�o porque nuestro rumbo es el de colmar el cumplimiento del deber a costa de todo.

Sabemos que la victoria solo es posible con la constancia, sobre todo cuando lo que se profesan son sentimientos de profundo amor al pueblo; sabemos que “el gran poder existe en la fuerza irresistible del amor”. Combatimos con fe, lo hemos abandonado todo por la causa de los pobres y en ese camino nos preguntamos, �desde cuando contra los canallas no se pueden utilizar, sin rebajarnos a la perversidad, las armas que usan ellos mismos; desde cuando esa m�xima bolivariana asusta a los bolivarianos?

No es admisible para un verdadero revolucionario existir por existir, es en la lucha donde se debe concebir el modo propicio de la existencia. Y en esa convicci�n estamos. Ya hemos dicho que “Hoy, como sucede desde medio siglo atr�s, los due�os del poder, de las haciendas y del dinero organizan bandas criminales encargadas de agredir al pueblo y sembrar el terror en la poblaci�n, paralelas y siamesas de las fuerzas policiales y militares oficiales, para eternizarse como gobernantes, nutridos en esta oportunidad con las inagotables finanzas del narcotr�fico y conformando as� un Estado paramilitar y mafioso de caracter�sticas fascistas”, y que es por todo esto que “hoy, al igual que hace medio siglo, la ilegitimidad del R�gimen y el terror del Estado dan vigencia al alzamiento popular y convalidan ante el mundo el sagrado derecho del pueblo colombiano a la rebeli�n”( del Manifiesto de las FARC, enero de 2007).

Nada nos detendr�, ni las calumnias, ni el concejo del apaciguamiento, ni las posturas derrotistas, ni las intrigas, desconsideraciones y felon�as de los ingratos, desleales y traidores.

Sabemos que tenemos que batallar contra el imperio pero tambi�n deberemos sortear las emboscadas de los perjurios y las defecciones que se suelen dar en el escenario de algunos de nuestros propios aliados de causa, y que es en las adversidades cuando mejor se puede identificar la firmeza de los propios y la verdadera amistad, como tambi�n dentro de ellas es cuando m�s se desbocan los insidiosos, pues bien sabido es que “m�s hace un intrigante en un d�a que cien hombres de bien en un mes”.

De tal forma que no solo tendremos que sobreponernos a traiciones, insolidaridad de muchos y obstrucci�n de otros sino que deberemos incluso, seguramente, escuchar las ignominias del imperio en boca de no pocos de los que se dicen nuestros amigos.

Este gobierno y muchos enemigos y hasta amigos verdaderos, han confundido nuestra generosidad con debilidad sin percatarse que quien act�a con venganza lo que hace es escalar las calamidades. Nuestra praxis es la sensatez; nosotros sabemos y lo tenemos por conocido de la pr�ctica que “en las revoluciones como en las guerras, hay contratiempos indispensables”, y que es f�cil mirar desde el puerto la tempestad y parlotear sin considerar las vicisitudes del que navega en alta mar.

Dejemos que parloteen y concentr�monos en lo que nos imponen el deber, nuestros principios y certezas sin caer en esas trampas que se urden cuando se enreda en la diplomacia los conceptos morales y pol�ticos coloc�ndolos en contradicci�n los unos con los otros hasta hacer al fin de la primera el compendio de la hipocres�a. Nosotros con nuestros amigos, independientemente de lo que ocurra, siempre deberemos mantener por sentimiento y convicci�n el respeto y la consideraci�n. Y con nuestros enemigos, la altura y la dignidad.

El colombiano, pueblo al que pertenecemos como pueblo en armas, siempre nos ha brindado la luz y la esperanza que alimenta nuestras convicciones, as� que, como lo indica el Libertador, ha nada hemos de temer si el pueblo nos ama, y como siempre y ahora m�s que nunca, si en esta hora la Am�rica necesita del pueblo en armas para luchar contra el imperio, sin duda estar� en los fusiles de las FARC el combate por el continente todo hasta las �ltimas consecuencias, pues ciertos estamos que nunca se nos arrancar� nada por la fuerza o el chantaje y que frente a la perfidia no claudicaremos jam�s, independientemente de la magnitud de las dificultades, porque preferiremos siempre la muerte a la existencia deshonrosa, la muerte a la expatriaci�n , la muerte a la sumisi�n, la muerte a la triste resignaci�n.

�Por la Nueva Colombia, la Patria Grande y el Socialismo, hasta la victoria siempre!

�Hemos jurado vencer y venceremos!

Comandantes FARC reafirman legitimidad de la lucha armada en Colombia | Entrar/Crear una cuenta | 0 Comentarios
Los comentarios son propiedad de sus respectivos autores.
No somos responsables de su contenido.
  
La p�gina de Mauricio Funes  


��J�zguelo Usted. Patriota o Vende-Patria!!  


"Nuestras Voces" Programa de Radio  


El Observador Juvenil  


Horas de El Salvador, California, Sydney y Montreal  


Noticias Internacionales  


Login  




 


 �Has perdido tu contrase�a?
 �Nuevo usuario? �Registrate!

Articulos viejos  

Secretar�a de Comunicaciones de la UES  


Cont�ctenos  


P�gina web de Lloviznando Cantos  


DOCUMENTO: Descargar  


ESCRIBA A DON PONCIANO  


El Salvador  



Calentamiento Global de la Tierra  


Radio Maya Visi�n "Comunicaci�n Total"  


Libertad a los Cinco Cubanos  


Se�al en vivo  

Derechos reservados por www.simpatizantesfmln.org

Los comentarios son bienvenidos, escriba a Webmaster