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ALGUNOS DATOS SOBRE EL FUAR

Enviado por: FARABUNDO-VIVE en 25 Sep, 2007 - 08:55 Noticias 

SAN SALVADOR, 21 de septiembre de 2007 (SIEP) “Con mucha alegr�a publicamos un segundo trabajo de Jos� Domingo Santacruz, reconocido dirigente revolucionario salvadore�o del FMLN” inform� el Lic. Roberto Pineda, del Centro de Estudios Marxistas “Sarbelio Navarrete.” “Es una importante contribuci�n hist�rica sobre los a�os iniciales de la d�cada del 60 del siglo pasado, en la que el movimiento popular de El Salvador, conducido por el FUAR libr� grandes batallas por la democracia y el socialismo en nuestra Patria.”
Julio Salazar (el tio) grabando discurso de Carlos Ruiz, al fondo de saco Schafik Handal.




SERVICIO INFORMATIVO ECUMENICO Y POPULAR

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[email protected] [email protected]



SAN SALVADOR, 21 de septiembre de 2007 (SIEP) “Con mucha alegr�a publicamos un segundo trabajo de Jos� Domingo Santacruz, reconocido dirigente revolucionario salvadore�o del FMLN” inform� el Lic. Roberto Pineda, del Centro de Estudios Marxistas “Sarbelio Navarrete.”

“Es una importante contribuci�n hist�rica sobre los a�os iniciales de la d�cada del 60 del siglo pasado, en la que el movimiento popular de El Salvador, conducido por el FUAR libr� grandes batallas por la democracia y el socialismo en nuestra Patria.”

“Este movimiento popular que arranca con la creaci�n de la Federaci�n Regional de Trabajadores Salvadore�os, FRTS en 1928, que es aplastada por la represi�n de 1932, contin�a con la Uni�n Nacional de Trabajadores, UNT, aniquilada por la represi�n osminista de octubre de 1944; con la Confederaci�n General de Trabajadores Salvadore�os, CGTS, en 1957, destruida por las maniobras de la ORIT; por el Frente Unido de Acci�n Revolucionaria, FUAR, del cual escribe uno de sus principales protagonistas; luego por la Coordinadora Revolucionaria de Masas ,CRM, a principios de 1980; por la Unidad Nacional de Trabajadores Salvadore�os, UNTS, en 1986 y concluye con el Bloque Popular Social (BPS) y el Movimiento Popular de Resistencia MPR 12 de Octubre, que cumplen ambas en estos d�as su cuarto aniversario de fundaci�n.”

“Hay una continuidad en la lucha y en la voluntad organizativa del pueblo salvadore�o, que construye instrumentos de lucha popular por arrancarle el poder a la oligarqu�a y al imperialismo. Divulgar esa experiencia es nuestro compromiso...Es por esto que el otro trabajo que reci�n publicamos es una rese�a biogr�fica de Julio Cesar Salazar, nuestro querido T�o Julio, un gran dirigente popular de izquierda, militante comunista, de los a�os sesenta, setenta, ochenta y noventa del siglo pasado.”

1. Algunos Datos sobre el FUAR

EL FRENTE UNIDO DE ACCI�N REVOLUCIONARIA, FUAR

(MARZO-MAYO DE 1961)

La dictadura militar derechista hizo uso de la fuerza y de su poder para derrocar el gobierno de la Junta Revolucionaria, interrumpiendo el proceso de apertura y reformas democr�ticas que tuvieron lugar durante aquellos tres meses. Las acciones represivas en contra de las organizaciones democr�ticas y populares volvieron a estar a la orden del d�a, a partir del 25 de Enero de 1961.

El Frente Nacional de Orientaci�n C�vica, FNOC, estaba desintegrado; y cada una de sus principales organizaciones que lo formaban y sus dirigentes eran perseguidos. Sin embargo, las masas populares estaban en situaci�n de combate. La dictadura militar de derecha no encontr� a las organizaciones cruzadas de brazos. A nivel regional se contaba con el influjo de la victoriosa Revoluci�n Cubana, que estimul� la incorporaci�n a la lucha de amplios sectores populares y democr�ticos.

Las masas populares exig�an respuestas contundentes a las acciones contrarrevolucionarias del Directorio Militar. Las ideas del socialismo proliferaron por todos lados, amplios sectores de profesionales, religiosos, intelectuales progresistas, el estudiantado universitario, de secundaria y las amplias masas trabajadoras se lanzaron a las calles exigiendo ponerle fin a la dictadura militar y abrirle paso a un gobierno democr�tico de amplia participaci�n. La experiencia acumulada indicaba que la mejor respuesta en aquellos momentos era profundizar la organizaci�n, la lucha por la unidad de las y los trabajadores y dar pasos concretos para la formaci�n de un FRENTE UNICO DE LUCHA, capaz de aglutinar el disperso movimiento popular, y seguir el camino de la revoluci�n.

La Dictadura Militar pasaba por algunas dificultades no f�ciles de enfrentar en aquellos momentos. Por un lado estaba el fuerte influjo de los primeros decretos de la Revoluci�n Cubana, especialmente el de Reforma Agraria que impactaba en amplios sectores sociales y econ�micos del pa�s. Por otro lado, aunque con menos impacto, se desarrollaba y avanzaba la propuesta por el Concilio Vaticano II y por tanto, de una importante reforma de la tradicional doctrina social de la Iglesia Cat�lica y junto a ella el surgimiento de los PDC, algunos de los cuales surgieron con banderas social-reformistas. En el caso salvadore�o, el Partido Dem�crata Cristiano surge a finales de 1960 con las banderas de una revoluci�n sin sangre, una revoluci�n verde, impactando en algunos sectores estudiantiles universitarios e intelectuales progresistas radicalizados.

La pol�tica norteamericana de apoyo a las viejas dictaduras militares objetivamente entr� en una profunda crisis. La pol�tica divisionista y oportunista impulsada, financiada y protegida por el imperialismo norteamericano, igualmente, enfrentaba una fuerte resistencia de numerosos sindicatos y gremios del pa�s.

Los m�todos represivos tradicionales y la necesidad de nuevas respuestas en el marco de las nuevas doctrinas militares de las Guerras de Baja Intensidad entraban en graves contradicciones entre la vieja visi�n de la dictadura militar reaccionaria y conservadora del pa�s y la necesidad de poner en pr�ctica el Plan reformista de Kennedy de la ALPRO para contrarrestar a la revoluci�n cubana y la necesidad de implementar la estrategia de GBI en proceso de dise�o e implementaci�n por la administraci�n norteamericana en Vietnam, Indochina y otras regiones del mundo.

Sin entender mucho de los problemas objetivos arriba planteados, el Partido Comunista de El Salvador, con una visi�n un tanto parcial de las condiciones objetivas de la revoluci�n, poniendo mayor �nfasis al desarrollo del factor subjetivo, no vacil� en orientar la creaci�n del FRENTE UNIDO DE ACCI�N REVOLUCIONARIA, integrado por los elementos m�s desarrollados del movimiento social existente en aquellos momentos.

Como su mismo nombre lo indica, en esta ocasi�n la coyuntura exig�a la creaci�n de un instrumento de lucha combativo, que deb�a prepararse para elevar los niveles de resistencia y de combate m�s all� de la autodefensa activa. En esta ocasi�n hab�a que ir mas lejos de una pol�tica de alianzas, se necesitaba de un FRENTE �NICO de todas las fuerzas sociales, democr�ticas y revolucionarias reunidas contra la dictadura militar de derecha, superando los niveles de consenso en la toma de decisiones.

La decisi�n del PCS fue crear el FUAR. Estaba fresca la experiencia del Frente Nacional de Orientaci�n C�vica, FNOC, (1959-60). Solo que, a diferencia de �ste, cuya estructura org�nica y funcionamiento hab�a sido abierta, de masas, pluralista (amplio), cuyo funcionamiento depend�a de las decisiones tomadas por el principio de consenso, el FUAR, en cambio, al definir objetivos pol�ticos revolucionarios de cara al Poder, no pod�a ser abierto sino clandestino, el cual necesitaba mantener un accionar con formas de lucha abiertas o semi-abiertas, pero tambi�n clandestinas; el car�cter reaccionario de la Dictadura militar as� lo exig�a.

La concepci�n y dise�o del FUAR como parte de una estrategia revolucionaria, en la pr�ctica, signific� un importante avance para la construcci�n y desarrollo de un importante movimiento revolucionario bajo la forma de Frente �nico.

El proceso de construcci�n condujo r�pidamente a la organizaci�n de un Frente constituido �nicamente por los elementos m�s conscientes de las diversas organizaciones de masas existentes en aquellos momentos.

Nuestra concepci�n sobre la pol�tica de alianzas en el sentido de que �sta debe conducir a la construcci�n y conducci�n de un Frente �nico se aplic� con bastante creatividad. Pero, en la pr�ctica, hasta cierto punto, nos olvidamos de combinarla con el aprovechamiento de las contradicciones en el campo enemigo. Y resulta que ambas tareas tienen un valor y un car�cter estrat�gico. Ambas deben proponerse aislar, debilitar y derrotar al enemigo principal mas peligroso.

Con los a�os aprendimos que estas tareas solo pueden realizarse correctamente si el Partido resuelve acertadamente otros problemas fundamentales, tales como el car�cter de la revoluci�n, sus fuerzas motrices o el sujeto de la revoluci�n como se le dice ahora, su enemigo principal y m�s peligroso, determinar de manera correcta los aliados que debemos ganar, trazar una orientaci�n clara hacia el rumbo socialista y trazar acertadamente las tareas principales de la v�a mas probable del proceso de lucha hacia la toma del poder.

Por ello no bastaba la orientaci�n parcial de organizar y conducir un movimiento revolucionario bajo la estructura de un Frente �nico, sin considerar la importancia estrat�gica de una alianza con las fuerzas democr�ticas y otros sectores con quienes era necesario concentrar las fuerzas contra el enemigo com�n, aprovechar las contradicciones y construir la correlaci�n de fuerzas necesarias para la toma del poder.

Sin embargo, la experiencia del FUAR debe ser conocida y analizada en todos sus aspectos: org�nicos, program�ticos, hist�ricos, etc. Sin la cual dif�cilmente se podr�a entender el proceso de lucha posterior a �l.

Aunque los detalles pueden ser analizados como caso especial, por separado del tema de las Alianzas, para fines de una mejor ilustraci�n de su aporte mencionar� algunos detalles puntuales:

El 20 de Mayo de 1962, la III Plenaria Nacional conoci� la propuesta de Plataforma o proyecto de Programa para una revoluci�n de contenido democr�tico, el cual dicho sea de paso, no fue aprobado de manera definitiva en ese evento sin antes haberlo sometido a consideraci�n del pueblo en general. Sin hablar de los contenidos de la Plataforma, con s�lo el hecho de hablar de revoluci�n ya exig�a una toma de decisi�n pol�tica no f�cil para los elementos no revolucionarios.

Sin embargo, bastaba que las personas o las organizaciones expresaran su inter�s y el compromiso de luchar contra el imperialismo yanqui y sus lacayos y t�teres nacionales, era como el nivel de exigencia m�nima para su ingreso al mismo. En esa III Plenaria, el FUAR claramente consign� “que el Programa de la Revoluci�n Salvadore�a no puede ser elaborado aisladamente, sino que debe ser el resultado de la discusi�n del pueblo entero…”

Las Columnas que conformaban el cuerpo estructural del FUAR pr�cticamente no dejaban dudas acerca de quienes lo integrar�an. Por eso no se hablaba de la integraci�n de organizaciones sociales a una entidad basada en alianzas, sino de un frente revolucionario integrado por las y los militantes m�s avanzados de todas aquellas organizaciones sociales populares en su condici�n individual. Claro, mucha gente organizada no quiso quedarse al margen de aquel desaf�o. Por eso no hab�a en aquellos momentos ning�n sector social popular organizado que no tuviera sus representantes organizados en Columnas dentro de la estructura del FUAR.

El Proyecto de Plataforma del FUAR elaborada en 1962 para ser presentada a la III Plenaria Nacional conten�a un minucioso estudio de la realidad socioecon�mica y pol�tica del pa�s, la cual revelaba las verdaderas causas del descontento nacional... Por ejemplo, seg�n dicho estudio, “El Censo agropecuario de 1950 revel� que del total de la tierra agr�cola solamente 719.160 hect�reas, el 46.99 % (1.028.405 Mz.) se encontraban en cultivo, mientras que 811.163 hect�reas restantes, el 53.01 % (1.159.963 Mz) se hallaba sin cultivar. Siendo en su mayor parte, tierra de buena calidad” (Present� un cuadro en cifras para respaldar el estudio). Mientras 63.335 peque�as explotaciones operadas por el propietario abarcaba 66.976 hect�reas, el 4 % del total de la tierra agr�cola, 1.994 grandes explotaciones operadas por el propietario reun�an 754.976 hect�reas, el 50 % del total de la tierra agr�cola que era de 1.530.323 hect�reas.

Sin embargo, estas cifras no revelaban la verdadera realidad, ya que ni el n�mero de las explotaciones revelaban el n�mero de los propietarios, (un solo de estos era due�o de varias explotaciones), ni tampoco eran las �nicas propiedades (las explotaciones). Hab�a otras grandes extensiones de tierras ociosas registradas a nombre de los mismos propietarios. En realidad, eran unas cuantas familias, a lo sumo unos 1000 grandes hacendados, 3 % de los propietarios, quienes controlaban los dos tercios de las tierras cultivables de El Salvador, es decir, de aproximadamente un mill�n de hect�reas.

CONDICIONES POL�TICAS NACIONALES E INTERNACIONALES

Los datos antes mencionados, no revelan la verdadera gravedad de la concentraci�n de la riqueza y por tanto de las verdaderas causas de la crisis estructural del pa�s, pero al menos nos dan elementos que la explicaban, sobre todo, porque siendo el pa�s fundamentalmente agr�cola, la concentraci�n de la tierra en pocas manos significaba la principal fuente de contradicciones y de las frecuentes crisis pol�ticas.

El censo agropecuario del pa�s de 1950 revel�, adem�s, que el 63 % de las tierras agr�colas se encontraban ociosas, muchas de ellas de buena calidad. El estudio realizado por el PCS y puesto en manos del FUAR, puso a la superficie las verdaderas razones de mantener esta realidad por parte de la vieja Dictadura Militar: mantener una inmensa masa despose�da, con una fuerza de trabajo dispuesta a venderla a cualquier precio. Los terratenientes quedaron al descubierto como los elementos m�s conservadores y reaccionarios, los que imped�an el desarrollo de las mismas fuerzas de trabajo, las relaciones de un capitalismo dependiente.

Esta situaci�n afectaba a otras clases y capas sociales que exig�an soluciones de fondo. Los latifundistas, adem�s de controlar la tierra, los bancos y las exportaciones de los productos elaborados en sus tierras, controlaban un Estado organizado y dise�ado para proteger sus intereses, dispuestos a asesinar a sus opositores. Por ello, casi de manera absoluta los terratenientes agro-exportadores se convirtieron en el foco principal de las contradicciones y no s�lo de luchas populares y democr�ticas, tambi�n de sectores de la misma burgues�a dependiente o criolla como la defin�an en esos momentos.

El monopolio sobre la tierra, mantener sin trabajo a mucha gente que sobreviv�a en un estado de miseria, en el fondo resultaba un grave impedimento para el desarrollo de la industria, cuya producci�n se apilaba sin un mercado con capacidad para su circulaci�n. No era casual, por lo tanto, que el FUAR pasara a jugar un importante papel en el proceso de radicalizaci�n del estado de �nimo de las masas, en el aprendizaje del uso de diferentes formas de lucha, exceptuando la lucha armada que no logr� desatarse, pero s� las formas de auto defensa activa que aumentaba y que se fue convirtiendo en un factor de p�nico de las clases dominantes y tambi�n de gran utilidad para el desarrollo de la experiencia de combate de amplias masas populares.

EL FRENTE UNIDO DE ACCI�N REVOLUCIONARIA, FUAR, como su mismo nombre lo indica, fue un experimento de aplicaci�n de la pol�tica de Frente �nico contra la dictadura militar de derecha, organizado por el Partido Comunista de El Salvador. Fue una especie de continuaci�n del Frente Nacional de Orientaci�n C�vica, FNOC, (1959-60). Solo que, a diferencia de �ste, cuya estructura org�nica y funcionamiento en tanto abierta, de masas, pluralista (amplio), tomaba las decisiones con el principio de consenso. El FUAR, en cambio, con objetivos pol�ticos revolucionarios de cara al Poder, funcionaba clandestinamente, combinando su accionar con formas de lucha abiertas o semi- abiertas contra la Dictadura militar, fue un paso importante en el proceso de construcci�n de un Frente �nico, constituido por los elementos mas conscientes de las diversas organizaciones de masas. Bastaba que expresaran su inter�s y el compromiso de luchar contra el imperialismo yanqui y sus lacayos y t�teres nacionales, dependiendo del tipo de actividad laboral o no para poder ingresar a cualquiera de las Columnas que conformaban el cuerpo estructural del mismo.

Pr�cticamente no hab�a sector social popular organizado que no tuviera su representaci�n dentro de la estructura del FUAR. Estaban frescas las acciones combativas del Frente Nacional de Orientaci�n C�vica, FNOC, que seis meses antes hab�a derrocado al Dictador Jos� Maria Lemus y los tambores de la Revoluci�n cubanos del 1�. De Enero de 1959 sonaban y vibraban en los corazones del pueblo salvadore�o. Diversos sectores sociales de nuestro pa�s se sintieron contagiados y estimulados por esa gesta heroica del pueblo cubano, del Movimiento 26 de Julio dirigido por Fidel Castro y otros compa�eros revolucionarios, que expulsaron al dictador Fulgencio Batista.

Eran momentos de mucho fervor revolucionario en todo el continente latinoamericano. La crisis econ�mica, social y pol�tica hab�a llegado a niveles muy altos. La pol�tica de penetraci�n y dominio de la Administraci�n norteamericana estaba en un punto cr�tico en el continente, cuya expresi�n m�s elocuente era el triunfo de la revoluci�n cubana como respuesta. Su obstinada posici�n y actitud imperial eran tan claras en impedir ni siquiera un �pice de independencia y libertad, que ni siquiera le permitieron espacios a la reciente Junta de Gobierno que no vacilaron en cortarle las alas y derrocarla el 25 de enero de 1961. Ni siquiera tres meses la dejaron sobrevivir. Llega el Directorio Militar de derecha para retomar el viejo rumbo emprendido por la Dictadura Militar inaugurada por Hern�ndez Mart�nez el 2 de Diciembre de 1931.

Esos 3 meses de apertura democr�tica de la Junta Revolucionaria fueron aprovechados por varias de las organizaciones populares dirigidas por el PCS. El mensaje a favor de cambios democr�ticos y revolucionarios llegaron a varios lugares del pa�s y muchas de las promesas expuestas por miembros de la Junta de Gobierno, muy esperadas por los diferentes sectores sociales quedaban en el papel o llevadas por el viento de no hacer algo para impedirlo.

Las movilizaciones populares, los m�tines de barrios y colonias, as� como otras acciones de calle continuaban con el apoyo de muchos sectores eclesiales; se abri� espacio la representaci�n proporcional en la Asamblea Legislativa.

En este marco surge no solo el Partido Oficial, el Partido de Conciliaci�n Nacional, como era la tradici�n dentro del sistema pol�tico imperante, facilitando el paso de los militares a la silla presidencial. Tambi�n surgi� el Partido Dem�crata Cristiano con planteamientos e ideas novedosas, derivadas del ambiente de reforma prevaleciente en la Iglesia Cat�lica mundial, del cual surge el proceso del Concilio Vaticano II y con �l la nueva Doctrina Social de la Iglesia.

El Mercado Com�n Centro Americano se abr�a paso en la regi�n como parte del Modelo sustitutivo de Importaciones. La Oligarqu�a salvadore�a desafiaba las orientaciones reformistas de la ALPRO que la administraci�n Kennedy se vio obligada a promover como parte de las medidas reformistas para enfrentar la crisis y la influencia de la Revoluci�n Cubana. El Directorio Militar del 25 de Enero, que se interpuso ante una Junta Reformista, era evidente que no ten�a el camino libre para volver a las viejas andadas con los mismos m�todos de gobernar. Las reformas constitucionales eras necesarias aunque ello significaba un claro desaf�o a la dictadura, porque esas eran las indicaciones del norte...

Mientras los ecos de la nueva doctrina social de la Iglesia Cat�lica resonaban fuertes en un pa�s convulsionado y una Administraci�n Kennedy se afanaba por su programa reformista para Am�rica Latina para atenuar el auge revolucionario de las masas entusiasmadas por la Revoluci�n cubana, el Directorio no tuvo m�s remedio que abrirle paso a una pol�tica de zanahoria y garrote como t�ctica para manejar las posiciones recalcitrantes de una Oligarqu�a obstinada y una administraci�n USA empe�ada en detener la influencia revolucionaria cubana.

Como era de esperarse, las zanahorias no llegaron a la gente, pero s� los garrotazos y la crisis econ�mica, que si bien fue cediendo ante el MCCA, las masas campesinas y sectores marginados continuaban soportando los problemas socio-econ�micos. Por ello los amplios sectores de las masas trabajadoras se fueron organizando en diferentes formas para hacerle resistencia a la represi�n y combatir a la dictadura militar.

Simult�neamente apareci� la ORIT y sus pol�ticas divisionistas. En esos d�as estaban de moda los dirigentes patronales, Ren� Barrios Amaya, el Chele Saravia, el Negro Rodr�guez y otros elementos vendidos, que hab�an traicionado a su clase para apoyar las orientaciones imperialistas en el seno del movimiento sindical. Es decir, dividir a la Confederaci�n General de Trabajadores Salvadore�os, sacar de su seno a cuantos sindicatos estuvieran dispuestos a venderse y pasar a crear la Confederaci�n General de Sindicatos, CGS, dependiente de la ORIT y de la CIA norteamericana. Con el financiamiento de la AFL-CIO y de la ORIT, crearon la Confederaci�n General de Sindicatos, CGS, en 1958.

Ahora, en el marco de la Estrategia divisionista y liquidacionista del movimiento sindical independiente, en 1961, crean la Uni�n Comunal Salvadore�a, bajo la misma orientaci�n del llamado sindicalismo libre.

La CGTS qued� bastante diezmada, con apenas 7 sindicatos que resistieron la embestida imperialista. Con esa membres�a sindical ni siquiera se pod�a defender como una Federaci�n y menos como Confederaci�n.

Como respuesta, los trabajadores, bajo la orientaci�n del PCS, crearon el CUSS, el Comit� de Unidad Sindical Salvadore�o, con dos orientaciones concretas: dar la pelea por organizar nuevos sindicatos, y tratar de arrancarle a la CGS todos aquellos sindicatos que se fueron enga�ados por la complicidad de sus dirigentes corruptos. Un poco m�s tarde apareci� otra orientaci�n encaminada a trabajar y preparar condiciones para disputar las direcciones de los sindicatos controlados por las Federaciones corruptas afiliadas o no en la CGS. Varios Grupos de Acci�n Revolucionaria (GAR) surgieron al interior de dichas organizaciones, lo que permiti�, en este ambiente, en medio de mucha euforia revolucionaria, el surgimiento y fortalecimiento del FUAR.

El trabajo organizativo se extendi� a diferentes sectores sociales. En los estudiantes universitarios y de secundaria; en el sector magisterial, profesionales independientes e intelectualidad. La demanda de organizarse cundi� en diversos lugares del pa�s. El campesinado no se quedo al margen en materia de organizaci�n y lucha.

Los primeros pasos dieron sus frutos. Varias cabezas de columnas fueron creadas, de tal manera que bajo su responsabilidad se estructuraran los distintos Grupos de Acci�n. Con el crecimiento y desarrollo organizativo de cada una de las Columnas, la estructura misma del FUAR se vio en la necesidad de reestructurarse. En un lapso de tiempo corto, es decir, a los cuatro meses, se cre� el Consejo Nacional, como instancia de conducci�n nacional, representado por las direcciones de las Columnas.

El trabajo organizativo, de propaganda, de educaci�n y de movilizaci�n era tan intenso que fue necesario crear un aparato de apoyo del Consejo Nacional, del CEN y de cada una de la Direcciones de las Columnas. A finales de Julio de 1961, se reuni� la Primera Plenaria Nacional, con acuerdos muy importantes encaminados a fortalecer la organizaci�n propia como frente, pero tambi�n del movimiento sindical y gremial; a finales de Octubre fue convocada la Segunda Plenaria Nacional, la cual analiz�, evalu� y reafirm� la orientaci�n pol�tica y los planes de acci�n combativos en contra de la Dictadura.

El 20 de mayo de 1962 tuvo lugar la 3ra. Plenaria Nacional, la reuni�n se llev� a cabo en el Edificio Cha�n, lugar donde funcionaba la Facultad de Ciencias Econ�micas de la Universidad de El Salvador. Este Edificio estaba ubicado frente a la venta de veh�culos y repuestos Crysler sobre la Calle Rub�n Dar�o, entre la 23 y 21 Av. Norte.

La asistencia a esta plenaria andaba alrededor de 100 personas, que representaban a las 7 estructuras o llamadas “Columnas” del FUAR; adem�s, hab�a una m�nima representaci�n del Consejo Nacional y del Comit� Ejecutivo Nacional, los organismos de direcci�n que estaban obligados a participar por derecho propio y uno o dos invitados especiales. Recuerdo a Roberto Carias Delgado, que fung�a como Secretario General del Partido Revolucionario Abril y Mayo, PRAM. Trat�ndose de una reuni�n clandestina, era una buena cantidad de personas, cuya organizaci�n y preparaci�n signific� un plan especial, minuciosamente elaborado: una parte deb�a entrar y dormir en el local; cada grupo de columna ten�a asignado un tiempo, el cual deb�a respetarse disciplinadamente, de tal manera que en ese lapso deb�an entrar dos personas cada 2 minutos, con m�ximo de 3 minutos de espacio. Eso no pod�a violarse por ning�n motivo, hab�a que ser muy estricto, pues de lo contrario, se corr�a el riesgo de chocar con otros tiempos ya programados para los siguientes en el turno.

Los puntos de Agenda principales del evento, que recuerdo: Un Breve informe de la situaci�n pol�tica nacional e internacional, el cual fue presentado por Juan (Schafik). Roberto Carias Delgado tuvo una breve intervenci�n relativa a su participaci�n en la reciente Conferencia Mundial por La Paz y el Desarme, realizada en Mosc�, as� como de los encuentros en su paso por Conakry, con el jefe del gobierno Sekou Toure.

En el an�lisis de la situaci�n nacional se destacaron, entre otras cosas: las fuertes contradicciones entre los grandes terratenientes y otros sectores conservadores exacerbadas por las pol�ticas de la administraci�n de J. F. Kennedy de los EE.UU. con su Programa Alianza para el Progreso, ALPRA. En esos d�as ya estaba anunciada la visita al pa�s, de su coordinador general para Am�rica Latina, el se�or TEODORO MOSCOSO.

Pero el punto central lo ocupo el an�lisis de la campa�a electoral del PCN con su candidato, el Coronel Julio Adalberto Rivera, el militar de turno que ya hab�a pasado por la pantomima de “ganar” las elecciones presidenciales sin ninguna oposici�n; las denuncias sobre el fraude electoral descarado, la imposici�n y ausencia de espacios democr�ticos m�nimos, ni siquiera la tan cacareada representaci�n democr�tica en la Asamblea Legislativa.

El Cnel Julio Adalberto Rivera ya estaba listo para sumir la presidencia de la rep�blica el 1�. De Junio. En el plano internacional estaba al rojo vivo la lucha del pueblo cubano en su defensa de su soberan�a y las conquistas revolucionarias por la agresi�n contrarrevolucionaria a Cuba auspiciada, financiada y apoyada militarmente por la administraci�n norteamericana. La Plenaria Nacional del FUAR se puso de pie para celebrar emocionadamente la victoria militar de Cuba contra los invasores en Playa Gir�n. Las banderas antiimperialistas, las consignas sobre la defensa de la revoluci�n cubana y de “fuera yanquis de Cuba”, fuera Yanquis de C.A., estaban en su punto �lgido.

Igualmente figur� en el punto del an�lisis, la defensa heroica del pueblo vietnamita, la heroica lucha del Ej�rcito de Liberaci�n Nacional y del Frente Nacional Vietnamitas y de los otros pueblos de Indochina y Asia y de �frica en sus luchas nacional liberadoras. Todas esas referencias, en aquellos momentos ejerc�an una influencia muy grande en el esp�ritu y en la psicolog�a del movimiento revolucionario que era el FUAR. Ten�amos, pues, un marco lleno de factores para motivar a la nutrida y combativa militancia Fuarista.

Otro de los puntos a tratar en la Plenaria, fue sobre la direcci�n del FUAR, la cual requer�a una readecuaci�n y reforzamiento. El FUAR en ese momento estaba formado por 7 Columnas, cada una de las cuales ten�a su propia estructura, es decir: Una Asamblea Nacional, un Comit� Ejecutivo o Grupo Cabeza; varias de ellas contaban con Comisiones Nacionales de Propaganda, Finanzas, Organizaci�n, Formaci�n Pol�tica y Militar, seg�n el nivel de desarrollo de las mismas. Algunas, la mayor�a, contaban con Grupos Intermedios en la capital y en otras ciudades grandes del interior del pa�s, situaci�n que les exig�a una estructura departamental y municipal.

Seg�n los informes consolidados que se presentaron en la III Plenaria, el total de la militancia del FUAR en esos momentos, arroj� la cifra de 2180 militantes. La forma de organizaci�n en cada una de las columnas era similar a la estructura de C�lulas, siguiendo la modalidad del PC. Adem�s, se dijo, no se tomaban en cuenta los amigos y simpatizantes que eran varias veces mayor que el mismo Frente.

La estructura del FUAR: LA PLENARIA NACIONAL: El m�ximo organismo, integrado por representantes de los Grupos Cabeza y de cuadros designados en cada una de las columnas; adem�s, la Plenaria Nacional estaba integrada por el Consejo Nacional, el Comit� Ejecutivo Nacional, delegados de las Columnas de cada Organizaci�n y de Comisiones Nacionales. Se reun�a cada 3 meses. Participaban, adem�s, algunos(as) invitados(as) especiales, por Ej.: una representaci�n del PRAM, de Fraternidad de Mujeres Salvadore�as, FMS.

EL CONSEJO NACIONAL (CN): el m�ximo organismo de Direcci�n Nacional, entre las Plenarias, integrado por los Coordinadores de los Grupo Cabeza, el CEN y los responsables de las comisiones nacionales. Se reun�a cada 3 meses de manera ordinaria y extraordinariamente seg�n las exigencias pol�ticas.

EL COMIT� EJECUTIVO NACIONAL (CEN): Elegido en la Plenaria Nacional en un n�mero no mayor de 5 personas. Se reun�a cada semana, y en un m�ximo de dos semanas, salvo en per�odos o situaciones de emergencia, siempre quedaban contactos permanentes.

LAS COLUMNAS, como se ha dicho, ten�an estructura propia, con autonom�a en su funcionamiento, planificaci�n y toma de decisiones en cuanto a su vida org�nica. Cada una pose�a sus centros de impresi�n de propaganda; sus formas y m�todos particulares para organizar sus redes de distribuci�n, sus buzones de dep�sitos locales y nacionales. Algunas Columna contaban con sus propios recursos para la instrucci�n o formaci�n pol�tica de cuadros. Por Ej.: Oratoria, manejo de los Centros de Impresi�n, elaboraci�n de propaganda e instrucci�n militar limitada. Las Columnas ten�an su origen en las principales organizaciones sociales y pol�ticas de mayor presencia en ese momento.

La ESCUELA DE FORMACI�N POLITICO- MILITAR: Conocida como La “UNO- DIEZ”, funcion� poco tiempo, pero en ella participaron muchos de los cuadros principales del PCS que se encontraban al frente de las columnas. Por descuidos en la aplicaci�n de los principios conspirativos, especialmente en las exigencias de los cuadros responsables, pero tambi�n por la penetraci�n de la inteligencia enemiga en la estructura intermedia del PCS, la Escuela fue golpeada a principio de mayo de 1962.

La inteligencia enemiga la ubic� y la asalt�, capturando a todos los participantes, entre los cuales estaban Schafik y cerca de 18 compa�eros. El viejo Daniel Castaneda se salv� porque el chofer, Ram�n Dur�n, lo recogi� un poco tarde y no lleg� a tiempo para entrar dentro de las llamadas medidas clandestinas. Sin embargo, Daniel tom� la decisi�n de llegar por su cuenta, llev�ndose la sorpresa de que la casa, ubicada en la Calle La Campi�a, cerca de la Colonia Panam�, estaba rodeada por la Polic�a Nacional.

De este hecho hay una an�cdota contada por el propio “P�o”, el seud�nimo de Daniel, m�s o menos as�:

“Iba tan apurado, para no llegar tan tarde, que le dije a Ram�n, d�jame aqu� y esp�rame un ratito, no te vayas a ir. Comenz� a caminar y antes de doblar, al llegar a la esquina,, yo que doblo por la callecita la Campi�a y veo en la entrada de la casa a unos “Cuilios” bien armados. �Puta, dije, esta babosada no me gusta! Para no dar ninguna malicia me arrim� al bordo y me puse a mear! Uno de los polic�as se me acerca y me dice: �Y vos qu� putas est�s haciendo aqu�?

_ �Ah chis, dice que le dijo, no muy fuerte, �ya uno no puede mear!”, y sin volver la mirada hacia �l, apur� la necesidad y patitas para que te quiero. Si no hago eso, repet�a, me joden esos hijos de puta.

Por la Columna “9 de Mayo”, originada del seno del PRAM, asistieron: Rafael Agui�ada Carranza, Ra�l Castellanos Figueroa, Tirso Canales, Rafael Lisanne, “Chele” Marcheli, Ra�l Padilla Vela., Alfredo Acosta, Armando (Carne Rusa), Ren� Mont�far, Romeo Granadino, Jes�s Paz, Jos� Domingo Mira, etc.

Por la Columna Estudiantil Universitaria (Surgida de las bases de AGEUS) Mario Moreira, Ra�l Valiente, Mario Salazar V, “Huevo” Castillo, Roberto Armijo, Ren�n Rodas Lazo, y otros;

Por la Columna Vanguardia de la Juventud Salvadore�a “VJS” Surgida de la fusi�n de las Asociaciones Tazumal, Lamatepec y de la organizaci�n “5 de Noviembre”, Am�rico Dur�n, Mario Agui�ada, Chiquit�n Garc�a, Armando Herrera, Oscar Esquivel.

La VJS hab�a surgido a finales de 1960. Varios de los cuadros desarrollados en el sector juventud se hab�an reubicado en diferentes columnas. Seg�n cuenta el propio Am�rico Duran: “Por secundaria hab�an estado asignados: Armando Herrera, Oscar Esquivel Mendoza, Am�rico Dur�n, Breni Cuenca, Ra�l Padilla Vela, Mario Agui�ada, Pepe Rodr�guez Ruiz, Manlio Argueta, el Decanito, Jos� Roberto Cea, Hildebrando Ju�rez, Rafael Agui�ada C., Antonio V. Iglesias, Antonia Varela, Chiquit�n Garc�a. Todos ellos estuvieron trabajando en los preparativos para el Festival de Finlandia de 1959. Los delegados a ese evento fueron Miguel Car�as Delgado, Rafael Agui�ada Carranza”.

En conversaciones sostenidas con algunos compa�eros pude escuchar testimonios: “Con el surgimiento del PRAM se desmoviliz� el grupo y se procedi� a trabajar en la idea de crear otra estructura juvenil”. Efectivamente, el 17 de Octubre de 1960 fue creada Vanguardia de la Juventud Salvadore�a, VJS, a la que pasaron como grupo cabeza: Mario Agui�ada, Armando Herrera, Ezequiel Mendoza, y el Chiquit�n Garc�a. Un poco m�s tarde en 1961 se agregaron: el Pel�n Torres, Ciro Torres, y un compa�ero de apellido Silva. En ese a�o, seg�n Am�rico Dur�n, se cre� el GAR (Grupo de acci�n Revolucionaria) en el Instituto Nacional, en donde entraron Am�rico Mauro Araujo, Federico Baires, un hermano de �ste, y Roberto G�chez. La reuni�n se realiz� en casa de Lico Baires. Varios de los cuadros juveniles fueron enviados a estudiar el extranjero, por ejemplo: Los Grupos Juveniles que fueron a la escuela del KOMSOMOL fueron: En el 1er. Grupo quedaron: Lety Quiroga, la compa�era de Chiricuto (Alejandro Montano), Galleta, Danilo Rodr�guez, en el 2�. Grupo quedaron: Am�rico Dur�n, el Pollo Torres, Cecilio Ramirios, Mario Castro Rivas, en el 3�. Grupo queda Dagoberto Sosa V.; en el 5� Juan Antonio Landaverde y en el 6� Rafael Jim�nez, el Venado, y V�ctor Manuel S�nchez Bonilla (El Ni�o)

Por la Columna Obrera (originada en las bases de la Confederaci�n General de Trabajadores Salvadore�os, CGTS, surgida en l957, figuraban: Blas Escamilla, “Rat�n” Hidalgo, Carlos Quijano, Julio Cesar Castro Belloso, Beto L�pez, S�nchez del Cid, Sa�l Santiago Contreras, Oscar Gilberto Mart�nez, (estos dos �ltimos fueron capturados, torturados salvajemente y asesinados por la GN al mando del Gral. Jos� Alberto Medrano en 1968), Antonio Velasco Iglesias, V�ctor Manuel S�nchez Bonilla, “El Ni�o”, Mario Rivera, Virgilio Guerra, Porfirio Navarro, To�o Mor�n, el Ronco, Mario Gonz�lez (Mor�s), Antonio Uma�a, Juan Edito V. Genovez, Julio C�sar Castro (Hilario), Villeda, Figueroa, Varios otros compa�eros y compa�eras de los sindicatos o directamente desde las f�bricas participaron activamente.

La Columna Magisterial (surgida de Fraternidad Magisterial Salvadore�a, de cuyas bases surgi� ANDES 21 de Junio 3 a�os despu�s): Mario Medrano, Carlos Gallardo, Laura Ingl�s, Laura Sili�zar, Orlando Guerrero Chamul, Abel Chinchilla, Arnoldo Vaquerano, Pelo de Le�n, Rolando Mor�n Toledo, Nazario (Metralleta), Francisco Font´.

Por la Columna Campesina: Miguel M�rmol, Segundo Ram�rez, Daniel Castaneda, Ra�l Vargas, Modesto Ram�rez, un hijo de Segundo Ram�rez.

Por la Columna MR-2-4 (Movimiento Revolucionario 2 de Abril): Sus or�genes los encontramos fuera de las filas del PCS, aunque algunos de sus integrantes provinieron de organizaciones organizadas por �ste. La mayor�a de sus miembros surgieron bajo el influjo de la Revoluci�n cubana, del auge revolucionario y popular de principios de la d�cada del a�o sesenta en nuestro pa�s. La influencia de los acontecimientos insurreccionales del 2 de abril de 1944 tambi�n estuvieron presentes. De hecho, a la hora de su creaci�n, se presentaron dichas corrientes que convergieron por distintos caminos. Por ejemplo: all� estuvieron elementos progresistas provenientes de la organizaci�n juvenil “5 de Noviembre”, del PRAM, del FNOC, de algunos sindicatos, y personas sin antecedentes pol�ticos. Con el tiempo, mejor dicho, meses despu�s, fueron apareciendo algunos militantes del PCS, como un profesor de apellido Guerrero de San Vicente.

Entre los elementos m�s destacados en la fundaci�n del movimiento hay que mencionar: a Ra�l Mart�nez, “Jorge”; Salvador P�rez y P�rez, “Ismael”; “Zetino” de la (UTF), Vicente Ar�valo, de Santa Ana; Antonio Velado, alguien de apellido Morales; “Fidel”, de La Confianza; Domingo Santacruz “Mois�s”; Alfredo Avil�s, “Arnulfo”; un expendedor de licor de nombre Francisco G�mez que result� ser un infiltrado de la PN.; Manuel de Jes�s “La Chelona”; cuadros de direcci�n intermedia, muy destacados: Julio C�sar Salazar, Jes�s Fuentes Herrera; Ren� De Le�n; Armando De Le�n, Pedro Santacruz, “Atilio”. Algunas activistas: “Gloria”, la compa�era de Ra�l; Ercilla V�squez; la Guadalupana, de la col. La R�bida; Varios compa�eros militantes: Tom�s, de la Dry Cleaning; Ulises, Sandino,.

La Plenaria fue conducida por Schafik Jorge H�ndal, cuyo seud�nimo en el FUAR era “Juan”, Rafael Agui�ada C. y otros compa�eros, y se acord� reestructurar y reforzar el Comit� Ejecutivo Nacional, incorporando a Armando Herrera y Domingo Santacruz. Reforz� la Comisiones Nacionales; acord� organizar la Columna Femenina, la cual fue creada dos meses despu�s. La primera reuni�n de constituci�n del Grupo Cabeza de esta organizaci�n, tuvo lugar en la casa de Lucila Torres, en Soyapango. Asistieron las compa�eras: Rosita Castellanos, Tula Alvarenga, Berta Deras de Agui�ada, Lidia R�os, Julia Ramirios, Julia Pino. La juramentaci�n estuvo a cargo de Domingo Santacruz.

Desde ese momento, la estructura del FUAR, pas� de 7 a 8 Columnas, las cuales estuvieron representadas en el Consejo Nacional. La Comisi�n Nacional de Organizaci�n fue reforzada con Armando Herrera, con el Rat�n Hidalgo, y Domingo Santacruz; la Comisi�n de Propaganda qued� reforzada con Rafael Agui�ada y Rafael Lizanne. El balance general de la fuerza org�nica del FUAR presentado por el Comit� ejecutivo Nacional fue de 2180 militantes, todos integrados en los Grupos de Acci�n Revolucionaria, GAR.

Nota: Es posible que algunos nombres pudieran estar colocados inadecuadamente, especialmente en la Columna Estudiantil Universitaria, donde algunos profesionales se afiliaron, pero otros lo hicieron en otras Columnas.

ANEXO: La delegaci�n a la Conferencia de la Organizaci�n Latinoamericana de Solidaridad OLAS qued� integrada as�: Por el PCS Schafik J. H�ndal y Domingo Santacruz C, a la que se agreg� Roque Dalton Garc�a; Por la Juventud: Am�rico Dur�n, a la que se agreg� Am�rico M. Araujo que estudiaba en la Universidad Patricio Lumumba; por el PRAM, Domingo Mira y Ren�n Rodas Lazo y por AGEUS, Federico Baires y Salvador Men�ndez Linares.-













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