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La vida en un campamento de las FARC

Enviado por: FARABUNDO-VIVE en 16 Sep, 2007 - 05:27 Noticias 

Nos reunimos con dos mujeres miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en el punto de encuentro preestablecido profundo en la selva colombiana. All� esperamos en una simple choza de madera de dos cuartos, que sirve de hogar para una familia campesina local. Nos sentamos all� a conversar y tomar caf� mientras que una de las guerrilleras, de pie en la rivera se comunicaba por medio de un radio port�til.
Guerrilleras de las Farc en transmisi�n radial! 
Escribe Garry Leech





Nos reunimos con dos mujeres miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en el punto de encuentro preestablecido profundo en la selva colombiana. All� esperamos en una simple choza de madera de dos cuartos, que sirve de hogar para una familia campesina local. Nos sentamos all� a conversar y tomar caf� mientras que una de las guerrilleras, de pie en la rivera se comunicaba por medio de un radio port�til. Finalmente, al recibir el todo claro, lo cual significaba que no hab�a patrullas del ej�rcito en el r�o, los cuatro abordamos una canoa para la siguiente etapa de nuestro viaje. Nos hab�a tomado a Terry Gibbs y a m� m�s de dos! d�as para alcanzar ese punto y todav�a ten�amos un viaje corto por r�o y una caminata a trav�s de la selva antes de que finalmente lleg�ramos el campamento de las FARC que era nuestro destino. Escribe Garry Leech.




[Garry Leech
Traducido del original:
https://www.colombiajournal.org/colombia263.htm]

Nos reunimos con dos mujeres miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en el punto de encuentro preestablecido profundo en la selva colombiana. All� esperamos en una simple choza de madera de dos cuartos, que sirve de hogar para una familia campesina local. Nos sentamos all� a conversar y tomar caf� mientras que una de las guerrilleras, de pie en la rivera se comunicaba por medio de un radio port�til. Finalmente, al recibir el todo claro, lo cual significaba que no hab�a patrullas del ej�rcito en el r�o, los cuatro abordamos una canoa para la siguiente etapa de nuestro viaje. Nos hab�a tomado a Terry Gibbs y a m� m�s de dos! d�as para alcanzar ese punto y todav�a ten�amos un viaje corto por r�o y una caminata a trav�s de la selva antes de que finalmente lleg�ramos el campamento de las FARC que era nuestro destino.
Despu�s de una hora de viaje adentr�ndonos en la exuberante verde selva tropical nos detuvimos en la rivera, nos bajamos de la canoa y caminamos por un sendero estrecho a trav�s de la selva hasta un peque�o claro. Esperamos all� mientras que nuestras dos gu�as guerrilleras escondieran la canoa y su motor fuera de borda. Cuando las dos rebeldes volvieron al claro cada una cargaba dos tablones de madera que med�an seis pies de largo, diez pulgadas de ancho y dos pulgadas de grueso. Insistieron tambi�n en llevar nuestras mochilas. El sol ya se estaba poniendo cuando emprendimos marcha a lo largo de un sendero a trav�s de la selva en una caminata de una hora al campamento de las FARC.
Tropezamos y resbalamos a lo largo de la fangosa trayectoria, atravesando arroyos sobre tronco! s ca�dos con s�lo la estrecha luz de nuestras peque�as lintern! as para iluminar el camino. Milagrosamente, evit� de caer en el lodazal que hac�a las veces de sendero. Casi una hora en la caminata o� a la guerrillera que iba en frente murmurar algo a una vaga figura en la oscuridad. Un guerrillero completamente uniformado, portando un AK-47 nos salud� entonces a Terry y a m� en el momento en que pasamos por su lado. Not� una peque�a luz blanca a trav�s de los �rboles m�s adelante y al alcanzar el per�metro del campamento vi a un hombre uniformado con una barba gris que trabajaba en una computadora port�til. Era el comandante de las FARC Ra�l Reyes; un miembro del grupo de siete-personas del Comando Central del grupo rebelde. Seg�n muchos analistas, Reyes es el segundo miembro de rango m�s alto en las FARC.
Reyes nos salud� a ambos y despu�s de una conversaci�n introductoria nos invit� a cenar junto a �l y a varios otros guerrilleros y guerrilleras. Luego, nos mostraron a Terry y a m� nuestro vivaque, que consist�a en una cama con tablones d! e madera por colch�n, un mosquitero y un toldo pl�stico camuflado que colgaron sobre todo para proporcionar la protecci�n contra las frecuentes lluvias tropicales. Nuestro vivaque era id�ntico a los que son usados por los guerrillero(a)s en el campamento. Durante los tres pr�ximos d�as, Terry y yo vivimos como viven los guerrillero(a)s. Nos ba�amos con ellos en un arroyo cercano. Fuimos al ba�o en sus letrinas en la selva, que consisten en fosas cavadas en la tierra. Y todos comimos amplias porciones de comida b�sica colombiana.
Terry y yo est�bamos en el retirado campamento de las FARC por diferentes razones. Ella estaba all� para entrevistarse con guerrilleras como parte de su investigaci�n sobre mujeres involucradas en la lucha social en Colombia. Yo estaba all� para entrevistarme con Reyes. Nos dieron rienda libre en el campamento y acceso a todos los guerrillero(a)s, de quienes cerca de un tercio eran mujeres. Tambi�n se nos permiti� tomar fotos con la estipulaci�! n de que no public�ramos las caras de ninguno de los rebeldes ! excepto Reyes. Tambi�n pasamos muchas horas envueltos en conversaciones informales con Reyes y otros guerrillero(a)s.
Las condiciones de vida para los guerrillero(a)s eran austeras por decir lo menos. Consist�an en el vivaque ya mencionado, dos uniformes, un par de botas de goma, un rifle de asalto AK-47, cartuchos adicionales de munici�n, un machete y tres comidas al d�a. A pesar de la austeridad, la infraestructura del campamento era impresionante dada su remota posici�n. Los vivaques estaban interconectados con una red de pasarelas de madera construidas varias pulgadas sobre la h�meda y fangosa tierra. Tan pocos �rboles como fue posible fueron cortados para hacer espacio para los vivaques y las pasarelas para preservar la cubierta selv�tica, sin ninguna duda para limitar la posibilidad de detecci�n por aire.
En el centro del campamento estaba una estructura tipo carpa grande de marco de madera con pl�stico negro que serv�a de techo. Adentro hab�a una docena de filas de ! bancos construidos con tablones de madera similares a los que nuestras guerrilleras gu�as hab�an llevado al campamento. Una televisi�n y una pizarra estaban situadas en un extremo de la estructura y cada tarde los guerrillero(a)s ve�an las noticias en Caracol y RCN -las dos redes de televisi�n m�s grandes de Colombia- para mantenerse informados sobre sucesos actuales. Esta actividad era particularmente interesante dado que las redes de televisi�n del pa�s generalmente presentaban una representaci�n muy negativa de las FARC.
Las pasarelas de madera se extend�an m�s all� del centro del campamento en varias direcciones, convirti�ndose en pasos de madera donde el sendero fuera cuesta arriba o abajo. Una pasarela desaparec�a en la selva s�lo para culminar en la letrina de los hombres. La palabra letrina puede ser un tanto elaborada ya que s�lo consist�a en dos fosas cavadas en la tierra. Una era para la orina y la otra para los excrementos. Otra pasarela conduc�a a la letri! na de las mujeres, la que consist�a en las mismas instalacione! s. Hab�a unos palos largos que eran utilizados para traspalar el rojo, fango tipo-arcilla nuevamente dentro de la fosa para cubrir los residuos humanos.
Una tercera pasarela conduc�a a la cocina del campamento, que era una estructura grande, abierta que conten�a dos fuegos y muchas cacerolas grandes. Los cocineros preparaban tres comidas al d�a de alimentos b�sicos colombianos tales como carne de vaca, pollo, arroz, papas, yuca, verduras y mucha sopa. Una tarde, mientras que Terry se entrevistaba con guerrilleras, camin� a la cocina y pas� un tiempo con los dos rebeldes, un hombre y una mujer, que estaban en turno de cocina.
"�Todos parecen comer bien aqu�?" Les dije, mitad como pregunta y mitad como aseveraci�n. "Usted ha venido en un buen momento," explic� la guerrillera. "Tenemos un mont�n de alimento ahora. A veces no tenemos mucho que comer. Que tan a menudo conseguimos provisiones depende del clima y de la situaci�n de seguridad." "! �Cocinan ustedes dos todos los d�as?" Les pregunt�. "No," contest� el hombre rebelde. "todos nos turnamos. Cocinaremos la cena hoy y despu�s el desayuno y el almuerzo ma�ana. Despu�s alg�n otro tomar� el cargohar� gual." "Entonces �todos cocinan?" Pregunto. "�Los hombres y las mujeres?" "Por supuesto," la guerrillera contesta. "Todos hacen de todo en el campamento. No importa si usted es un hombre o una mujer. Usted cocina, lava sus propias ropas, hace la guardia, y sale en patrulla. Es igual para los hombres y las mujeres."Hab�a o�do que esta clase de igualdad era parte de la filosof�a de las FARC, pero no estaba seguro hasta qu� grado hab�a sido realmente implementada. Todav�a no estaba seguro hasta qu� grado se aplicaba en otras unidades de las FARC a trav�s del pa�s. Sin embargo, hab�a poca duda que los guerriller(a)s en ese campamento en particular hab�an alcanzado un grado impresionante de igualdad! de g�nero. No era solamente evidente en sus actividades y pal! abras si no, de mayor importancia, en su manera de ser.
Asombrosamente, para m� por lo menos, era m�s evidente en el comportamiento de los hombres que en el de las mujeres. La suavidad de la energ�a exhibida por el hombre rebelde hacia sus colegas mujeres, su carencia absoluta de machismo, su aceptaci�n de ellas como iguales, fue realmente muy asombroso. Y por las mujeres, tambi�n exhib�an muchas cualidades femeninas para un grupo de mujeres viviendo una forma de vida tradicionalmente masculina. De hecho, mantener su feminidad era importante para las guerrilleras. Durante horas de descanso a menudo observamos a mujeres rebeldes reunidas para aplicarse maquillaje o para trenzarse el pelo. Evidentemente, la igualdad en �se campamento de las FARC no era acerca de que las mujeres actuaran como hombres.
Todos los d�as por la tarde los guerriller(a)s iban en grupos a ba�arse. Terry y yo �bamos cada d�a con un grupo de rebeldes poco antes de la cena. La pasarela de madera hac�a su! paso por la selva, colina abajo hacia un peque�o arroyo. Los rebeldes hab�an construido una presa a trav�s del arroyo que permit�a que el agua fresca, clara fluyera sobre la alta estructura de madera de doce-pulgadas, a trav�s del �rea para ba�arse de diez pies de largo y luego sobre otra presa antes de continuar su curso a trav�s de la selva. Tarimas de madera fueron colocadas en el fondo de la piscina de agua creada entre las dos presas para asegurar un fondo s�lido para pisar, libre de fango.
Los guerrilleros hombres y mujeres se desvest�an hasta quedar en su ropa interior y se ba�aban juntos en la piscina de un agua profunda hasta las canillas. Tambi�n lavaban sus ropas a mano en un mes�n de madera construido a lo largo de un lado de la piscina. Cada uno de los guerrillero(a)s tiene dos uniformes de camuflaje y lavaban uno cada d�a, el cual entonces se seca durante las veinticuatro horas siguientes mientras que usaban el otro. En una de nuestras sesiones de ba�o p! rocur� lavar el par de pantalones que hab�a embarrado en la ca! minata a l campamento. Una guerrillera que se ba�aba con nosotros no pudo evitar sino sonre�r por mi ineptitud en el departamento de lavado. Un hombre rebelde se compadeci� de m� y me ense�� su t�cnica de lavado, la cual era asombrosamente eficaz
Cada d�a comenzaba a las 4:50. Algunos rebeldes sal�an en patrulla y otros permanec�an en guardia alrededor del per�metro del campo. Muchos de los que permanec�an en el campamento participaban en programas de educaci�n donde se ense�aba lectura, escritura y matem�ticas b�sicas. Todos los guerrillero(a)s eran campesinos, algunos analfabetos. Los rebeldes con mayor educaci�n har�an pares con los de menor educaci�n para proveerlos de una educaci�n b�sica y ense�arles los conceptos fundamentales del marxismo. Los pares pasar�an un par de horas cada tarde estudiando lecciones. Algunos d�as los guerrillero(a)s participaban en entrenamiento militar. Despu�s de la cena, los rebeldes mirar�an las noticias, participar�an en discusiones de grupo s! obre situaciones pol�ticas y culturales, ver�an una pel�cula y se retiraban a la cama a las 9:00 PM.
Nos hab�an dicho que la unidad rebelde mueve con frecuencia el campamento por razones de seguridad. Tal operaci�n implica el empacar todo, excepto la infraestructura de madera, para el viaje a otra parte de la selva en donde sacar�an sus machetes y comenzar�an a construir un nuevo campamento. Porque eran todos campesinos, los rebeldes eran muy peritos con esa herramienta ubicua del campo, el machete. Sin embargo, otras habilidades que el grupo requiere no eran siempre tan f�ciles de tener a disposici�n, por ejemplo la asistencia m�dica.
Le pregunt� a una mujer rebelde qu� ocurre cuando un guerrillero(a) se enferma, o se accidenta o es herido(a). "Hay siempre varios guerrillero(a)s que pueden aplicar asistencia m�dica b�sica," ella explic�. "Y estos guerrillero(a)s pasan este conocimiento a otros por lo que cada unidad siempre tiene m�dicos."! 0; "Pero qu� pasa si la enfermedad o lesi�n es seria y re! quiere a sistencia m�dica extensa, como cirug�a?" Consult�. "Entonces se transporta a la persona a uno de los hospitales de las FARC, los cuales est�n provistos de doctores. Por razones de seguridad, se prefiere que no vayan en tales viajes a menos que sea absolutamente necesario." "Donde est�n localizados estos hospitales, en aldeas o en campamentos de la selva como este?" Le pregunt�. "En campamentos como este," ella contest�.
Varios de los guerrillero(a)s se refirieron al tiempo cultural del domingo como parte importante de la vida de la guerrilla. Durante estas sesiones participar�an en m�sica, en teatro y lecturas de poes�a, con la mayor�a del arte siendo inspirado por sus ideales revolucionarios. En nuestra tarde final en el campamento los guerrillero(a)s montaron una demostraci�n cultural para Terry y para m�. Nos reunimos todos en la estructura grande para la funci�n, que consisti� en canciones y escenas llenas de humo! r y de comentario pol�tico y social. Una escena que varios rebeldes realizaron era una parodia de los desfiles de belleza, que son extremadamente populares en Colombia. Un guerrillero y una guerrillera sostuvieron micr�fonos de imitaci�n y actuaban como los anfitriones del desfile, que buscaba coronar a la nueva Se�orita Colombia.
Primero presentaron a la campeona reinante, que era una atractiva rebelde vestida en una blusa de cuello lazo y una minifalda con una corona de cartulina pinzada en su cabeza. Ella tom� su lugar en el frente del cuarto mientras que los anfitriones presentaban a las concursantes que intentaban heredar el trono. Una por una, las cuatro concursantes entraron en el cuarto por detr�s de una cortina. Cada una desfil� alrededor del per�metro interior de la estructura en sus muy peque�os trajes mientras que la audiencia aclamaba fren�ticamente. El vuelco interesante y divertid�simo fue que las cuatro eran guerrilleros hombres vestidos de mujer y ador! nados con l�piz labial y maquillaje.
Los anfitriones ento! nces hic ieron preguntas a los concursantes acerca de lo que har�an si se coronaran nueva Se�orita Colombia. Cuando fue su turno de contestar, un rebelde mestizo, fornido, bajo que era Se�orita Cauca contest�, "har�a que se estableciera la Nueva Colombia en la cual todos los colombianos ser�an iguales." Se refer�a a la sociedad socialista que las FARC ha previsto y ha llamado la "Nueva Colombia." Claramente, en las FARC, se integran la cultura y la pol�tica.
El momento m�s divertido del espect�culo ocurri� cuando Se�orita Choc�, un guerrillero negro, alto, delgado con bigote, desfil� alrededor de la estructura exhibiendo manierismos femeninos exagerados vistiendo una peluca, la parte de arriba de un bikini rojo y una minifalda pl�stica azul hecha por ellos. Ten�a a la audiencia entera de guerriller(a)s, junto con Terry y a m� mismo, riendo hist�ricamente. La escena termin� cuando los anfitriones pidieron a Terry y a m� escoger a la nueva Se�orita Colombia. Co! nvinimos un�nimemente en Se�orita Choc�. Los anfitriones entonces persuadieron a varios rebeldes hombres y a m� a bailar con los guerrilleros vestidos de mujer. La escena entera fue una fascinante parodia a la naturaleza sexista de los desfiles de belleza y a la objetificaci�n del cuerpo femenino.

Hab�a algunos guerrillero(a)s de mayor edad en el campamento quienes han sido miembros de las FARC por d�cadas. Entre ellos estaba Reyes, que ha estado en el grupo rebelde por 26 a�os, y la mujer de mayor edad en las FARC, que ha estado viviendo en la selva por 32 a�os. La mayor�a de los guerrillero(a)s, sin embargo, ten�an alrededor de 20 a�os. Algunos de ellos eran parejas para quienes sus vivaques hab�an sido construidos con camas dobles. Cualquier par de guerrilleros que desee entrar en una relaci�n entre uno y otro tienen que obtener el permiso de su comandante. Este protocolo es similar al de los militares de los EE.UU. donde los soldados asignados en el exterior ! deben obtener el permiso de su oficial en jefe antes de casars! e. Los g uerrillero(a)s de las FARC tambi�n necesitan obtener permiso para terminar una relaci�n, aunque eso es raramente negado.
El hecho de que rotan a los guerrillero(a)s dentro y fuera de unidades de zona hace dif�cil mantener relaciones a largo plazo. Una ma�ana me sent� con una pareja de guerrilleros en su vivaque para discutir el involucrarse en relaciones bajo tales condiciones. "Es dif�cil porque usted nunca sabe cu�ndo uno de nosotros va a ser enviado a alguna parte," explic� una guerrillera afro-colombiana llamada Carmen. "Las FARC trata de mantener a las parejas juntas siempre que sea posible," agreg� su socio Osvaldo. "Si les separan es posible permanecer en contacto con el otro?" Pregunt�. "No, realmente no. Es dif�cil, pero as� es como es, "dijo Osvaldo, reconociendo que el compromiso con las FARC y su causa revolucionaria es primera prioridad de cada gu! errillero(a).
Terry y yo tambi�n participamos en varias conversaciones informales con Reyes y conduje una entrevista formal de dos horas con el comandante de las FARC. Durante las conversaciones informales discutimos una amplia variedad de asuntos relacionados con Colombia y el mundo en general. Algunas de las conversaciones ocurrieron durante las comidas que compartimos con Reyes. Otras conversaciones se llevaron a cabo alrededor de la mesa en su vivaque, que estaba situado en un extremo del campamento. La �nica diferencia entre el cuarto de Reyes y el de los otros guerrillero(a)s era que conten�a una mesa con bancas de madera en cada lado y una computadora port�til.
Un asunto de discusi�n era la posibilidad de un intercambio de prisioneros entre las FARC y el gobierno de los EE.UU.. Para ser m�s exacto, le pregunt� acerca de la posibilidad de que el grupo rebelde intercambiara a los tres contratistas militares estadounidenses que sosten�an prisioneros, po! r Sim�n Trinidad y Sonia, los dos miembros de las FARC encarce! lados en los Estados Unidos. "No podemos convenir tal intercambio porque estamos envueltos en un conflicto interno por lo que cualquier intercambio tendr�a que ser entre nosotros y el gobierno colombiano," explic� Reyes. "No estamos en guerra con los Estados Unidos y no deseamos internacionalizar el conflicto. Y adem�s, cualquier intercambio humanitario tendr�a que incluir la liberaci�n de todos los guerrillero(a)s retenidos en prisiones colombianas. "Tambi�n conversamos acerca del nuevo partido pol�tico de centro-izquierda del pa�s, el Polo Democr�tico. En un punto le pregunt� a Reyes si �l pensaba que habr�a alguna posibilidad de que las FARC negociara la paz con el Polo Democr�tico si el partido ganara la presidencia en las elecciones del 2010. "Depender�a de sus pol�ticas," Contest�.
De vuelta en mi vivaque pens� acerca de las acusaciones hechas por muchos analistas de que el grupo guerrillero no es nada m�s que una organizaci�n criminal. Estos! cr�ticos a menudo sostienen que las FARC era ideol�gica hace muchos a�os pero ahora est� solamente interesada en beneficiarse de sus actividades criminales, las que se relacionan sobre todo con el comercio de la coca. El Presidente de Colombia �lvaro Uribe ha declarado en varias ocasiones que no hay un conflicto armado en Colombia y que el gobierno est� simplemente combatiendo a criminales que se involucran en terrorismo. �stos son claramente esfuerzos para deslegitimar a las FARC como entidad pol�tica.
La implicaci�n de las FARC en el comercio de la coca y sus abusos de los derechos humanos contra civiles, incluyendo el secuestro y el uso de minas y de morteros caseros notoriamente inexactos, ha hecho f�cil para los cr�ticos simplemente desestimar a los rebeldes como criminales. Sin embargo, la situaci�n no es tan negro y blanco, como descubr� en el campamento de las FARC. De hecho, es dif�cil aceptar tales aseveraciones dada la dif�cil vida que viven los guerriller! o(a)s. Despu�s de todo, a diferencia de los soldados colombian! os y com batientes paramilitares, los rebeldes no reciben pago ni ninguna ventaja material que no sean tres comidas al d�a.
Y si l�deres de la guerrilla como Reyes son poco m�s que los jefes de una organizaci�n criminal, entonces ellos deben ser considerados como miserables fracasos. Despu�s de todo, otros criminales colombianos viven en lujo. El l�der del ex-c�rtel de la coca�na de Medell�n, Pablo Escobar, vivi� en la abundancia en magn�ficas mansiones, como lo han hecho muchos otros traficantes colombianos de la droga en los �ltimos treinta a�os. L�deres paramilitares tambi�n han vivido bien en sus extensos ranchos de ganado en el norte de Colombia, gozando de las riquezas obtenidas con sus actividades criminales. Y ahora se est�n desmovilizando para poder as� gozar legalmente de su abundancia adquirida il�citamente.
Por otra parte, los l�deres de las FARC viven como vive Reyes. No parece haber ganancia monetaria personal a pesar de la abundancia econ�mica del grupo guer! rillero. Es una dura vida el dormir en tablones de madera, el ba�arse en r�os, el soportar enfermedades tropicales, y las constantes mudanzas de campamento a campamento para evitar la inteligencia de los EE.UU.. que recolecta esfuerzos y al ej�rcito colombiano. Reyes ha vivido en la selva de este modo por 26 a�os y las �nicas comodidades de que �l goza son una computadora port�til y la televisi�n del campamento. Est� muy distante de ser la forma de vida de un criminal quien su objetivo principal sea el logro de riqueza.
Despu�s de pasar tres noches en el campamento, y con nuestro trabajo terminado, Terry y yo nos despertamos en nuestra ma�ana final, empacamos nuestras cosas y nos despedimos de los guerrillero(a)s. Junto con nuestras gu�as rebeldes, hicimos el viaje de vuelta a trav�s de la selva tropical hacia el r�o y abordamos una canoa. Mientras cruz�bamos a lo largo del r�o en la selva, pensaba en el futuro de Colombia. Despu�s de casi siete a�os del plan Colombia,! de cinco a�os de pol�ticas de seguridad del presidente Uribe ! y de m�s de cinco mil millones d�lares en ayuda militar de los EE.UU., no hay evidencia que las FARC haya sido significativamente debilitada militarmente. Por lo tanto, con las FARC siendo demasiado fuerte para ser derrotada en el campo de batalla y no lo suficientemente fuerte para tomar el poder por la fuerza, un acuerdo negociado es la �nica ruta posible para alcanzar la paz.


Conflicto armado
12.09.2007


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