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Enviado por: FARABUNDO-VIVE en 12 Sep, 2007 - 03:40
Noticias
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Fidel Castro Ruz
(2007-09-11)
Hoy se cumplen seis largos a�os de aquel doloroso episodio. En la actualidad se conoce que hubo desinformaci�n deliberada. No recuerdo haber o�do hablar ese d�a de que en los s�tanos de esas torres, en cuyos pisos superiores radicaban bancos de multinacionales junto a otras oficinas, hab�a depositadas alrededor de 200 toneladas de barras de oro. La orden era disparar a muerte contra todo el que intentara penetrar hasta el oro. Los c�lculos sobre estructuras de acero, impactos de avi�n, cajas negras encontradas y lo que estas revelaban, no se ajustan a los criterios de matem�ticos, sism�logos, especialistas en informaci�n y especialistas en demolici�n, etc�tera, etc�tera. Lo m�s dram�tico es la afirmaci�n de que posiblemente nunca se conozca lo que verdaderamente ocurri�. Consta sin embargo que varias personas que viajaban de New Jersey a San Francisco, conversaron con familiares cuando ya la nave a�rea estaba bajo el control de individuos ajenos a su tripulaci�n normal.
Hoy se cumplen seis largos a�os de aquel doloroso episodio. En la actualidad se conoce que hubo desinformaci�n deliberada. No recuerdo haber o�do hablar ese d�a de que en los s�tanos de esas torres, en cuyos pisos superiores radicaban bancos de multinacionales junto a otras oficinas, hab�a depositadas alrededor de 200 toneladas de barras de oro. La orden era disparar a muerte contra todo el que intentara penetrar hasta el oro. Los c�lculos sobre estructuras de acero, impactos de avi�n, cajas negras encontradas y lo que estas revelaban, no se ajustan a los criterios de matem�ticos, sism�logos, especialistas en informaci�n y especialistas en demolici�n, etc�tera, etc�tera. Lo m�s dram�tico es la afirmaci�n de que posiblemente nunca se conozca lo que verdaderamente ocurri�. Consta sin embargo que varias personas que viajaban de New Jersey a San Francisco, conversaron con familiares cuando ya la nave a�rea estaba bajo el control de individuos ajenos a su tripulaci�n normal.
Analizando el impacto de aviones similares al proyectado contra las torres, ca�dos por accidente en ciudades densamente pobladas, se concluye que ning�n avi�n se estrell� sobre el Pent�gono y que s�lo un proyectil pudo generar el orificio geom�tricamente redondo que en dicha instalaci�n creara el supuesto avi�n. Tampoco aparece pasajero alguno que all� pereciera. Nadie en el mundo ten�a dudas sobre las noticias recibidas de un ataque al edificio del Pent�gono. Fuimos enga�ados al igual que los habitantes del resto del planeta.
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Reagan fue el creador de la Fundaci�n Nacional Cubano-Americana, cuyo siniestro papel en el bloqueo y el terrorismo contra Cuba se revelar�a a�os despu�s cuando el gobierno de Estados Unidos desclasifica documentos secretos, aunque todav�a llenos de bochornosas tachaduras. Si se hubieran conocido antes, no habr�a cambiado nuestra conducta.
Cuando lleg� a Cuba la noticia el 30 de marzo de 1981 de que se hab�a producido un atentado contra Reagan, con disparos de un arma de peque�o calibre le enviamos un mensaje expres�ndole nuestra condena al hecho. Una bala de plomo calibre 22 se aloj� en uno de sus pulmones, caus�ndole riesgos y sufrimientos personales. El mensaje est� contenido en la conversaci�n que por instrucciones precisas sostuvo el entonces ministro de Relaciones Exteriores, Isidoro Malmierca, con Wayne Smith, Jefe de la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana.
A continuaci�n p�rrafos literales de la conversaci�n entre ambos:
“ISIDORO MALMIERCA: Hemos procedido a convocarle y recibirle por encargo expreso del Presidente Fidel Castro. �l me pidi� que le explicara, primero, nuestro reconocimiento por la informaci�n que usted nos ofreci� a trav�s del director Joaqu�n M�s sobre el atentado que sufri� el presidente Reagan. Por otra parte queremos, tambi�n en nombre del Presidente Fidel Castro, expresarle cu�nto lamentamos este hecho y tambi�n nuestra esperanza, nuestros votos de que el presidente Reagan pueda recuperarse de este atentado lo m�s pronto posible.
“WAYNE SMITH: Muchas gracias.
“ISIDORO MALMIERCA: Hemos estado recibiendo informaciones acerca de la atenci�n m�dica que le est� siendo ofrecida. Inicialmente usted tambi�n recibi� informaci�n de que parec�an m�s sencillas las consecuencias del atentado, pero parece que es m�s grave, que est� siendo sometido a una intervenci�n quir�rgica.
“WAYNE SMITH: S�. Nosotros tenemos la impresi�n de que fue operado ya, pero la operaci�n dicen ahora por radio que la empiezan ahora, es probable que salga, digamos, dentro de una hora. Es decir, una operaci�n de 3 horas no es nada sencillo y m�s en un hombre de 70 a�os. Dicen que no hay peligro. Yo interpreto eso como que no habr� peligro inmediato. Pero en un hombre de 70 a�os una operaci�n de 3 horas es seria. Pero dicen que su situaci�n no es grave, que es estable. Esperamos que todo salga bien. Agradezco sus votos y el inter�s y el mensaje del Presidente Fidel Castro.
“ISIDORO MALMIERCA: En Washington tambi�n el se�or Frechette se dirigi� a la Secci�n de Intereses de Cuba y nos traslad� datos sobre esta situaci�n. Explic� que usted tambi�n hab�a recibido informaci�n sobre esto. Bien, le repito que el Presidente Fidel Castro me encarg� personalmente de conversar con usted y expresarle nuestros votos de que el presidente Reagan pueda recobrase r�pidamente de las consecuencias del atentado.
“WAYNE SMITH: Muchas gracias. �Dios m�o! Es dif�cil esto. El Presidente Kennedy fue asesinado en Dallas y parece que el responsable del atentado a Reagan es de Dallas. Vive ahora en Colorado, pero es de Dallas. No s� qu�...
“ISIDORO MALMIERCA: Yo le� en unos cables que hab�a nacido cerca de Denver, a 30 kil�metros de Denver.
“WAYNE SMITH: Yo no s�. Uno de mis c�nsules aqu� en la Oficina me dijo que �l hab�a o�do por radio que es un tipo que hab�a estudiado en la misma escuela con �l. No s�, tal vez habr� vivido unos a�os en Dallas. No s� qu� es lo que tiene la atm�sfera de Dallas.
“ISIDORO MALMIERCA: Dicen que son tres hermanos, hijos de un hombre que se dedica a negocios de petr�leo.
“WAYNE SMITH: Su pap�, s�. El es un tipo de 22 a�os, que era estudiante en la universidad de Yale, pero que hab�a dejado sus estudios hace poco. Tal vez es un resentido, un joven que ha fracasado, que actu� por sentimiento. Hablando con toda franqueza, me alegro que sea un tipo como �l y no, digamos, un puertorrique�o o algo as�, que podr�a provocar implicaciones pol�ticas.
“ISIDORO MALMIERCA: Las especulaciones sobre motivaciones pol�ticas para hacer eso.
“WAYNE SMITH: S�, eso podr�a innegablemente permitir estimular, alentar interpretaciones pol�ticas. Un joven blanco, de Colorado, Texas; es muy dif�cil hacer interpretaciones pol�ticas.
“ISIDORO MALMIERCA: Ha habido incluso ya algunas informaciones de la polic�a que dicen que es un hombre que actu� solo, sin vinculaci�n con otros grupos...
“WAYNE SMITH: S�, debe haber sido un loco o fan�tico, acercarse tanto al Presidente... Bueno, fue capturado enseguida. Sac� su pistola y dispar�...
“ISIDORO MALMIERCA: �Brady muri�?”
“WAYNE SMITH: No.
“ISIDORO MALMIERCA: Dec�an que hab�a muerto.
“WAYNE SMITH: S�. Hubo informes de que s�, que hab�a muerto, pero �ltimamente han dicho que no, que est� muy grave, pero no se muri�. Me imagino que si hubiera sido de calibre 45 s� era de muerte, pero calibre 22 tiene ciertas posibilidades... Pero parece que recibi� la bala en la cabeza, evidentemente en la cabeza... Eso no es nada bueno, no hay muchas esperanzas.
“ISIDORO MALMIERCA: Un balazo en la cabeza, de cualquier calibre, es algo muy grave.
“WAYNE SMITH: Brady est� muy grave. Podr�a quedar vivo pero ser�a un vegetal.
“ISIDORO MALMIERCA: Lamento que nuestra entrevista haya sido provocada por un hecho tan lamentable.
“WAYNE SMITH: Le agradezco sus votos. Enviar� inmediatamente un cable avisando a mi gobierno de nuestra conversaci�n. Le ruego que transmita al Presidente Fidel Castro mi agradecimiento.
No hago comentario alguno. La versi�n de Malmierca, redactada inmediatamente despu�s del encuentro, habla por s� misma. Wayne Smith es hoy un firme luchador contra el bloqueo y las agresiones a Cuba.
Pero no concluye aqu� la historia de nuestra conducta hacia el Presidente de un pa�s que desde los d�as de Einsenhower elabor� cientos de planes para eliminarme f�sicamente.
Una informaci�n entregada muy confidencialmente en el verano de 1984 a un oficial responsable de la seguridad de los representantes cubanos en ONU alertaba sobre un plan de atentado contra el presidente Ronald Reagan, por parte de un grupo de extrema derecha en Carolina del Norte. Al conocerla, decidimos informar de inmediato a las autoridades norteamericanas. Nuestro oficial sugiri� entregarla a trav�s de Robert C. Muller, jefe de seguridad de la misi�n de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, con el cual se ten�a contacto para la protecci�n de delegaciones cubanas que visitaban al organismo internacional.
El atentado se producir�a en fecha muy pr�xima cuando Reagan visitara Carolina del Norte, como parte de la campa�a para reelegirse en el cargo.
La informaci�n estaba completa; daba nombres de los implicados en el plan; d�a, hora y lugar donde ser�a el magnicidio; tipo de armamento que pose�an los terroristas y d�nde guardaban las armas; adem�s de todo eso, el centro de reuni�n de los elementos que estaban planificando la acci�n y un breve relato de lo que hab�an conversado en dicha reuni�n.
La entrega de la informaci�n se realiz� en un encuentro con Muller en un edificio situado en la calle 37 y la Tercera Avenida, a dos cuadras del edificio de la misi�n cubana.
Se le trasladaron todos los detalles conocidos, garantizando quedara bien claro lo m�s importante, como era los nombres de los involucrados, lugar, hora y tipo de armamento que se utilizar�a por estos.
Al final del intercambio, nuestro oficial le comunic� que hab�a recibido instrucciones del gobierno de Cuba de hacerlo con urgencia, y que lo hab�amos seleccionado por conocer que era un profesional en los problemas de seguridad.
Muller ley� lo que hab�a escrito para asegurarse de que no hab�a alterado nada y que estaban todos los elementos importantes.
Pregunt� por la fuente, se le dijo era segura. Plante� que el servicio secreto tendr�a necesidad de entrevistarse con los funcionarios cubanos. Se le contest� no hab�a inconveniente en hacerlo.
Aproximadamente a las cuatro y media de la tarde de ese d�a, los agentes del Servicio Secreto se reunieron con la representaci�n cubana.
La entrevista se llev� a cabo en el apartamento 34-F, situado en el piso 34 de un complejo de edificios nombrado Ruppert Towers, que se encuentra en la calle 92 entre Tercera y Segunda Avenida, en la parte alta de Manhattan.
Los agentes eran dos hombres j�venes, blancos, pelados bien bajo, vestidos de traje. Su objetivo era principalmente chequear lo que Muller les hab�a trasladado, pues tra�an en sus manos copia del cable que este les hab�a enviado. Al comprobar el contenido del cable se les asegur� no faltaba nada.
Los agentes del Servicio Secreto quer�an conocer qui�n hab�a dado la informaci�n y c�mo esta hab�a llegado a nuestro poder. Se les respondi� lo mismo que se le hab�a dicho a Muller. Tambi�n se interesaron en saber si era posible alguna ampliaci�n, y se les dijo que si llegaba algo nuevo se les trasladar�a de inmediato.
Ellos dieron su tarjeta y pidieron se les llamara directamente si se conoc�an otros datos adicionales, plantearon no era necesario hacerlo por medio de Muller.
El lunes siguiente pudimos conocer que el Bur� Federal de Investigaciones hab�a detenido a un grupo de personas en Carolina del Norte a las que se les hac�an varias acusaciones, ninguna de ellas ―como es de suponer― relacionadas con un atentado al Presidente Reagan, quien viaj� a dicho Estado poco despu�s como parte de la campa�a por la reelecci�n al cargo de Presidente.
Antes de que transcurrieran cuatro o cinco d�as de la detenci�n, a fines de esa propia semana, Muller llam� por tel�fono a la Misi�n para invitar al funcionario cubano a almorzar, lo cual hicieron en el restaurante para Delegados de las Naciones Unidas. Lo primero que hizo fue pedir se trasladara al gobierno de Cuba el agradecimiento del gobierno de Estados Unidos por la informaci�n brindada, y confirm� que hab�an operado contra el grupo de involucrados. �Un luchador antiterrorista cubano salv� la vida de un Presidente de Estados Unidos!
Alguna prensa norteamericana menciona un diario �ntimo de m�s de 700 p�ginas de apuntes personales de Reagan, desde su toma de posesi�n hasta la entrega del mando a Bush (padre), tratando de hacer ver que su gobierno no fue tan agresivo contra Cuba.
Sin embargo, seg�n cuentan, Robert McFarlane, entonces Subsecretario de Estado subordinado a Alexander Haig, afirm� en sus memorias: “De todos los gobiernos que han lidiado con Fidel Castro desde 1959, el de Reagan parec�a el menos adecuado para dialogar con el r�gimen comunista de Cuba”.
Tal vez Reagan experiment� alg�n agradecimiento tanto por nuestra preocupaci�n cuando sufri� el atentado en 1981, como por el aviso que le salv� la vida ante un peligro inminente, y lo agradeci� a trav�s de Robert C. Muller
Reagan fue quien suscribi� con Cuba el primer acuerdo migratorio, pero no pod�a escapar de su entorno, porque otros m�s a la derecha todav�a que �l lo eliminaban f�sicamente, como hicieron con Kennedy despu�s que conoci� el terrible riesgo de una guerra termonuclear. Reagan sin duda cambi� su pol�tica hacia Cuba en un a�o electoral, incumpli� el acuerdo suscrito que fij� la entrega de hasta 20 mil visas por a�o para viajes seguros, al otorgar menos de mil, y mantuvo la llamada Ley de Ajuste que tantas vidas cubanas ha costado.
El 11 de septiembre del 2001 en el vecino pa�s se produjo un verdadero caos. Durante mucho tiempo los aeropuertos ten�an prohibido realizar aterrizajes. Un incalculable n�mero de vuelos con pasajeros estaban en el aire. Eran las noticias que se transmit�an por los medios de difusi�n masiva de Estados Unidos. Se informaba de miles de v�ctimas en Nueva York, entre personal que trabajaba en las Torres Gemelas, bomberos y visitantes. Tambi�n se habl� de personas que iban en un avi�n de pasajeros lanzado contra el Pent�gono. Ofrecimos el env�o de sangre segura procedente de donantes habituales si se necesitaba en alg�n caso. La donaci�n de sangre es una tradici�n de la Revoluci�n cubana desde hace mucho tiempo.
Coincidi� casualmente con el d�a en que hab�amos convocado a las 6:00 de la tarde a casi 15 000 estudiantes de nivel superior y graduados universitarios, con motivo de la reinauguraci�n de la escuela “Salvador Allende”, donde 3 599 j�venes comenzar�an estudios superiores para prepararse con m�todos nuevos y probados a fin de ejercer como maestros de primaria.
Hoy se cumplen seis largos a�os de aquel doloroso episodio. En la actualidad se conoce que hubo desinformaci�n deliberada. No recuerdo haber o�do hablar ese d�a de que en los s�tanos de esas torres, en cuyos pisos superiores radicaban bancos de multinacionales junto a otras oficinas, hab�a depositadas alrededor de 200 toneladas de barras de oro. La orden era disparar a muerte contra todo el que intentara penetrar hasta el oro. Los c�lculos sobre estructuras de acero, impactos de avi�n, cajas negras encontradas y lo que estas revelaban, no se ajustan a los criterios de matem�ticos, sism�logos, especialistas en informaci�n y especialistas en demolici�n, etc�tera, etc�tera. Lo m�s dram�tico es la afirmaci�n de que posiblemente nunca se conozca lo que verdaderamente ocurri�. Consta sin embargo que varias personas que viajaban de New Jersey a San Francisco, conversaron con familiares cuando ya la nave a�rea estaba bajo el control de individuos ajenos a su tripulaci�n normal.
Analizando el impacto de aviones similares al proyectado contra las torres, ca�dos por accidente en ciudades densamente pobladas, se concluye que ning�n avi�n se estrell� sobre el Pent�gono y que s�lo un proyectil pudo generar el orificio geom�tricamente redondo que en dicha instalaci�n creara el supuesto avi�n. Tampoco aparece pasajero alguno que all� pereciera. Nadie en el mundo ten�a dudas sobre las noticias recibidas de un ataque al edificio del Pent�gono. Fuimos enga�ados al igual que los habitantes del resto del planeta.
Al hablar en la Ciudad Deportiva aquel 11 de septiembre, entre otras consideraciones abord� el tema de la tragedia en Estados Unidos. Para no incluir el discurso completo, extraje p�rrafos textuales del mismo:
[...] El acto no pens�bamos suspenderlo, ni pod�a suspenderse, a pesar de la tensi�n internacional creada por los acontecimientos. Imagino que muchos los conozcan; pero, en esencia, consistieron en que, aproximadamente a las 9:00 de la ma�ana un Boeing, de los grandes, se estrella directamente contra uno de los dos edificios de las famosas torres de Nueva York, uno de los m�s altos del mundo, que tiene dos alas. Como es natural, aquello se incendia con todo el combustible de uno de esos grandes aviones; empiezan a ocurrir escenas tremendas, y 18 minutos despu�s otro avi�n, tambi�n de una empresa a�rea norteamericana, ataca y se estrella directamente contra la otra ala de la torre.
Unos minutos m�s tarde, otro avi�n se estrella contra el Pent�gono. Llegan noticias, en medio de cierta confusi�n, de una bomba frente al Departamento de Estado y otros hechos alarmantes, aunque he mencionado los m�s importantes.
Evidentemente el pa�s hab�a sido v�ctima de un violento y sorpresivo ataque, inesperado, inusitado, algo verdaderamente ins�lito, que dio lugar a escenas impresionantes, en especial cuando ard�an las dos torres y, sobre todo, cuando ambas se desploman, con sus 100 pisos, sobre otras edificaciones pr�ximas, y se conoc�a que all� trabajaban decenas de miles de personas en diversas oficinas que representan numerosas empresas de variados pa�ses.
Era l�gico que aquello produjera una conmoci�n en Estados Unidos y en el mundo, las bolsas de valores comenzaron a derrumbarse, y por la importancia pol�tica, econ�mica, tecnol�gica y el poder de Estados Unidos, el mundo hoy estaba conmovido con aquellos acontecimientos que fue necesario seguir durante todo el d�a, a la vez que por nuestra parte se manten�a la atenci�n sobre las condiciones y las circunstancias en que se realizar�a este acto.
Por tanto hab�a dos temas: la escuela y su important�simo curso, y la cat�strofe de tipo pol�tico y humano que se hab�a producido all�, especialmente en Nueva York
[...] Hoy es un d�a de tragedia para Estados Unidos. Ustedes saben bien que aqu� jam�s se ha sembrado odio contra el pueblo norteamericano. Quiz�s, precisamente al sentirse Cuba plenamente libre, con patria y sin amo, por su cultura y por su falta de complejos, sea el pa�s donde se trate con m�s respeto a los ciudadanos norteamericanos. Nunca hemos predicado ning�n g�nero de odios nacionales, ni cosas parecidas al fanatismo, por eso somos tan fuertes, porque basamos nuestra conducta en principios y en ideas, y tratamos con gran respeto ―y ellos se percatan de eso ―a cada ciudadano norteamericano que visita a nuestro pa�s.
Adem�s no olvidamos al pueblo norteamericano que puso fin a la guerra de Viet Nam con su enorme oposici�n a aquella guerra genocida; no olvidamos al pueblo norteamericano que, en un n�mero superior al 80 por ciento, apoy� el regreso de Eli�n a nuestra patria; no olvidamos cu�nto idealismo, perturbado muchas veces por el enga�o, porque ―como hemos dicho muchas veces― para llevar a un norteamericano a que apoye una causa injusta, una guerra injusta, primero hay que enga�arlo, y el m�todo cl�sico utilizado en la pol�tica internacional de ese enorme pa�s es el m�todo de enga�ar primero, para contar despu�s con el apoyo de la poblaci�n. Cuando sucede a la inversa y su pueblo descubre que algo es injusto, por su tradici�n de idealismo, se opone a aquello que ha estado apoyando, muchas veces causas muy injustas, convencido de que lo que apoyaba era justo.
Por eso nosotros ―que sabemos no el n�mero exacto, pero que hemos visto escenas impresionantes de sufrimientos y posibles v�ctimas― hemos sentido dolor profundo y tristeza por el pueblo norteamericano, fieles a la l�nea que hemos seguido siempre.
No andamos adulando a gobiernos, ni pidiendo perdones, ni favores, ni se alberga en nuestros pechos ni siquiera un �tomo de temor. La historia de la Revoluci�n ha demostrado cu�n capaz es de desafiar, cu�n capaz es de luchar, cu�n capaz es de resistir lo que tenga que resistir, algo que nos ha convertido en un pueblo invencible. Esos son nuestros principios, una Revoluci�n que se basa en ideas, en la persuasi�n y no en la fuerza.
[...] Nuestra reacci�n ha sido la que dije, y quisimos que nuestro pueblo viera las escenas y contemplara la tragedia. Y no hemos vacilado en expresar p�blicamente nuestro sentimiento. Aqu� mismo est� una declaraci�n que se entreg� a la prensa internacional alrededor de las 3:00 de la tarde, elaborada tan pronto se conocieron los hechos; mientras tanto, nuestra televisi�n estaba enfrascada en la divulgaci�n de los acontecimientos. Ser�a comunicada a nuestro pueblo en el noticiero de la noche.
Me adelanto aqu� algunos minutos para hacerles conocer la Declaraci�n Oficial del Gobierno de Cuba, frente a los hechos ocurridos en Estados Unidos.
“El Gobierno de la Rep�blica de Cuba ha recibido con dolor y tristeza las noticias sobre los ataques violentos y sorpresivos realizados en la ma�ana de hoy contra instalaciones civiles y oficiales en las ciudades de Nueva York y Washington, que han provocado numerosas v�ctimas.
[...] “No es posible olvidar que nuestro pueblo ha sido v�ctima durante m�s de 40 a�os de tales acciones, promovidas desde el propio territorio de Estados Unidos.
“Tanto por razones hist�ricas como por principios �ticos, el Gobierno de nuestro pa�s rechaza y condena con toda energ�a los ataques cometidos contra las mencionadas instalaciones y expresa sus m�s sinceras condolencias al pueblo norteamericano por las dolorosas e injustificables p�rdidas de vidas humanas que han provocado dichos ataques.
“En esta hora amarga para el pueblo norteamericano, nuestro pueblo se solidariza con el pueblo de Estados Unidos y expresa su total disposici�n a cooperar, en la medida de sus modestas posibilidades, con las instituciones sanitarias y con cualquier otra instituci�n de car�cter m�dico o humanitario de ese pa�s, en la atenci�n, cuidado y rehabilitaci�n de las v�ctimas ocasionadas por los hechos ocurridos en la ma�ana de hoy.”
Aunque no se sepa si son 5 000, 10 000, 15 000, 20 000 las v�ctimas, se sabe que solo en los aviones que fueron estrellados contra las torres, o contra el Pent�gono, viajaban cientos de pasajeros, y ofrecimos lo que pod�amos si hiciera falta.
Ese es un pa�s que tiene un gran desarrollo cient�fico, m�dico, recursos; pero hay momentos en que pudiera hacer falta sangre de un grupo, plasma ―cualquier otro producto que nosotros podamos donar lo har�amos gustosamente―, o apoyo m�dico, o de personal param�dico, porque sabemos que muchos hospitales tienen d�ficit de determinados t�cnicos y profesionales. En fin, lo que quer�amos era expresar nuestra actitud y nuestra disposici�n con relaci�n a estos tr�gicos acontecimientos.
[...] Los secuestros a�reos, m�todo inventado contra Cuba, se convirtieron en una plaga universal, y fue Cuba la que al fin y al cabo resolvi� ese problema cuando, despu�s de advertirlo reiteradamente, devolvimos a Estados Unidos a dos secuestradores; es doloroso, eran ciudadanos cubanos, pero los hab�amos advertido, vinieron y los enviamos, cumplimos la palabra p�blica; pero nunca, ni siquiera despu�s nos dieron noticias para sus familiares. Tienen su modo de actuar. Nadie sabe. S� que los condenaron a 40 a�os, y aquello fue lo que puso fin al secuestro de aviones.”
[...] Ninguno de los actuales problemas del mundo se puede resolver por la fuerza, no hay poder global, ni poder tecnol�gico, ni poder militar que pueda garantizar la inmunidad total contra tales hechos, porque pueden ser acciones de grupos reducidos dif�ciles de descubrir.
Es muy importante saber cu�l va a ser la reacci�n del gobierno de Estados Unidos. Posiblemente vengan d�as peligrosos para el mundo, no estoy hablando de Cuba. Cuba es el pa�s que m�s tranquilo est� en el mundo, por diversas causas: por nuestra pol�tica, por nuestras formas de lucha, por nuestra doctrina, nuestra �tica, y, adem�s, compa�eras y compa�eros, por la ausencia total de temor.
Nada nos inquieta, nada nos intimida. Ser�a muy dif�cil fabricar una calumnia contra Cuba, no lo creer�a ni el que la inventara y patentizara, es muy dif�cil; y Cuba no es hoy cualquier cosa en el mundo, tiene una posici�n moral muy grande y una posici�n pol�tica muy s�lida.
[...] Los d�as pr�ximos van a ser tensos dentro de Estados Unidos, empezar�n a emitir opiniones no se sabe cu�nta gente.
[...] Les sugerir�amos a los que dirigen el poderoso imperio que sean serenos, que act�en con ecuanimidad, que no se dejen arrastrar por raptos de ira o de odio, ni se lancen a cazar gente lanzando bombas por todas partes.
Reitero que ninguno de los problemas del mundo, ni el terrorismo, se pueden resolver por la fuerza, y cada acci�n de fuerza, cada acci�n disparatada del uso de la fuerza, en cualquier parte, agravar�a seriamente los problemas del mundo.
El camino no es la fuerza ni la guerra. Lo digo aqu� con toda la autoridad de haber hablado siempre con honradez, poseer convicciones s�lidas y la experiencia de haber vivido los a�os de lucha que ha vivido Cuba. S�lo la raz�n, la pol�tica inteligente de buscar la fuerza del consenso y la opini�n p�blica internacional puede arrancar de ra�z el problema. Creo que este hecho tan ins�lito debiera servir para crear la lucha internacional contra el terrorismo; pero la lucha internacional contra el terrorismo no se resuelve eliminando a un terrorista por aqu� y otro por all�; matando aqu� y all�, usando m�todos similares y sacrificando vidas inocentes. Se resuelve poniendo fin, entre otras cosas, al terrorismo de estado y otras formas repulsivas de matar, poniendo fin a los genocidios, siguiendo lealmente una pol�tica de paz y de respeto a normas morales y legales que son ineludibles. El mundo no tiene salvaci�n si no sigue una l�nea de paz y de cooperaci�n internacional.
[...] Nosotros hemos demostrado que podemos sobrevivir, vivir y progresar, y todo lo que aqu� se muestra hoy es expresi�n de un progreso sin paralelo en la historia. No se progresa solo produciendo autom�viles, se progresa desarrollando inteligencias, impartiendo conocimientos, creando cultura, atendiendo a los seres humanos como deben ser atendidos, que es el secreto de la enorme fuerza de nuestra Revoluci�n.
No tiene salvaci�n el mundo por otras v�as y me estoy refiriendo en este caso a las situaciones de violencia. B�squese la paz en todas partes para proteger a todos los pueblos de la plaga del terrorismo. Hay otra terrible plaga que se llama, por ejemplo, SIDA; otra que mata a decenas de millones de ni�os, adolescentes y personas en el mundo por hambre, por enfermedades y por falta de asistencia y medicamentos.
Hay en el terreno pol�tico ideas absolutistas, pensamiento �nico que se le trata de imponer al mundo, y promueven rebeld�as e irritaciones por todas partes.
No se salva este mundo ―y ya esto no tiene que ver con el terrorismo― si contin�a desarroll�ndose o aplic�ndose este orden econ�mico y social injusto que conduce al mundo a la cat�strofe, a un camino del cual no podr�an escapar los 6 200 millones ni los futuros hijos de los habitantes que hoy tiene este planeta, que est� siendo cada vez m�s destruido y conducido a la pobreza, al desempleo, al hambre y a la desesperaci�n. Lo demuestran las masas en distintos lugares ya hist�ricos, como Seattle, Qu�bec, Washington, G�nova.
Ya los m�s poderosos l�deres de la econom�a y de la pol�tica mundial no pueden casi reunirse; la gente tiene cada vez menos miedo, est� sublevada, lo que puede apreciarse en todas partes. Yo acabo de estar en Durban, provincia de �frica del Sur, y vi all� a miles de personas pertenecientes a las Organizaciones No Gubernamentales; se ve crecer como espuma el descontento en el mundo. [...]
�Qu� enorme diferencia entre la conducta del gobierno de Cuba y la del gobierno de Estados Unidos! �La Revoluci�n, que se basa en la verdad, y el imperio, que se basa en la mentira!
Fidel Castro Ruz
Septiembre 11 del 2007
5:25 p.m.
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