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M�lida: EL Despertar de un Pueblo

Enviado por: FARABUNDO-VIVE en 25 Jun, 2007 - 02:29 Noticias

Han pasado ya casi cuarenta a�os y seguimos de frente. En la pl�tica con el Chele Mor�n Toledo viene a nuestra mente la figura de M�lida, aquella mujer que nos acompa�� y nos dirigi� en aquellas grandes gestas revolucionarias junto a Jos� Mario L�pez (Venancio), Mario Medrano, Vaquerano, ni�a Rosita, ni�a Margot, Tomasita y todos los y las viejas dirigentes del movimiento magisterial.

Recientemente tuve la dicha de encontrarme con viejos camaradas de ANDES. Ten�amos una reuni�n del BPS y por razones particulares nos reunimos en el viejo local de la Asociaci�n de Educadores Salvadore�os (ANDES) donde me encontr� con tres viejos pilares del movimiento magisterial. A la entrada estaba Tomasita de Zetino con quien tuvimos una larga pl�tica rememorando las Jornadas de 1968 y de 1972 y con quien intercambiamos obras literarias. Tomasita me pregunt� que si hab�a saludado al Chele Mor�n y cuanta alegr�a! ah� estaba mi viejo maestro junto a Vaquerano como viejos robles desafiando el tiempo.
Con el Chele recordamos esas dos grandiosas huelgas, nuestros muertos (Sa�l Santiago Contreras, Oscar Mart�nez, Arias), entre las decenas de maestros y maestras asesinadas por el enemigo. El tiempo se nos hizo corto, ya no deseaba ni ir a la reuni�n del BPS, sino seguir relatando y recordando las experiencias vividas en aquellos tiempos de adolescencia cuando nos sacaron de la Paraguay y fuimos a parar a las Multi de Candelaria, cuando nos tomamos el Palacio nacional, la Joaqu�n Rodezno y en fin todas las escuelas y calles de la naci�n.
Han pasado ya casi cuarenta a�os y seguimos de frente. En la pl�tica con el Chele Mor�n Toledo viene a nuestra mente la figura de M�lida, aquella mujer que nos acompa�� y nos dirigi� en aquellas grandes gestas revolucionarias junto a Jos� Mario L�pez (Venancio), Mario Medrano, Vaquerano, ni�a Rosita, ni�a Margot, Tomasita y todos los y las viejas dirigentes del movimiento magisterial.
Tanto M�lida, como los dos Marios, ni�a Margot y cientos m�s como Guevara, Alfaro, Manuel Rivera, H�ctor Menj�var, etc. fueron asesinados por las hordas enemigas, sin embargo; su ejemplo son las lecciones hist�ricas que nos empujan a seguir luchando.
Si me pusiera a contar todas las an�cdotas de los d�as en la Paraguay o frente al viejo Ministerio de Educaci�n, o las guindas, emboscadas y encarcelamientos, golpizas y torturas sufridas, los apagones en el Palacio Nacional, los desaparecimientos de compa�eros y compa�eras que jam�s encontramos, llenar�a un mont�n de p�ginas para la memoria hist�rica, lo cual no es mi prop�sito, sino honrar a los compa�eros y compa�eras que se nos adelantaron y decirles que seguimos y seguiremos luchando hasta hacer pagar al enemigo todos sus cr�menes hist�ricos y hasta que tengamos una patria donde la Justicia y la libertad sean el sello nacional.

Paul Fortis

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