“Como digo una cosa, digo otra”, una oración hecha famosa por el cómico mexicano Roberto Gómez Bolaños, Chespirito, a quien no tiene nada que envidiarle el candidato presidencial de Arena, pues es muy ocurrente y destructor del rico y hermoso lenguaje castellano.
Escrito por Eugenio J. Ríos

En una de sus últimas entrevistas por un canal de televisión local al referirse a la impugnación hecha por Arena al magistrado del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Walter Araujo, pronunció una de esas célebres oraciones, pues al menos usa verbos y sujeto: “decide la decisión el Fiscal”.

De acuerdo con sus particulares apreciaciones, la actuación del magistrado Araujo y la posición firme del TSE de no ceder a los chantajes y a las presiones de los dirigentes de Arena, está violentando los Acuerdos de Paz y no descartan la posibilidad de presentar un recurso ante los cuatro magistrados de la Sala de lo Constitucional.

De un tema pasa rápidamente a otro, no por insinuaciones o preguntas de los entrevistadores, sino porque es arrebatado, no medita ni reflexiona sus argumentaciones. “Los reparos hechos por la Corte de Cuentas son superables”, dice, mientras asegura que los señalamientos competen a gerentes y niveles inferiores de la alcaldía capitalina.

Lo dicho: no repara ni en los reparos ni en sus constantes exabruptos: como alcalde y jefe de la comuna debería conocer las funciones desempeñadas por sus subalternos, sobre todo de gerentes y de encargados de tomar decisiones sobre las licitaciones y compras de materiales, equipos, vehículos, etc. para ser utilizados en obras y proyectos municipales.

Los reparos son superables, repite, pero hasta la fecha no han sido desvanecidos y nada más la Corte le entregó una especie de constancia para poder inscribirse en el TSE. “Nos señalan donativos hechos a la Teletón, construcciones en zonas verdes y no haber mostrado escritura de propiedad de la plaza Hula Hula”, sostiene.

Los funcionarios públicos, sobre todo los que manejan fondos de los contribuyentes y supuestamente velan por los bienes de la municipalidad, es decir del pueblo, están en la obligación de cuidarlos y administrarlos con honestidad y transparencia, de lo contrario pueden ser drásticamente sancionados por las leyes de la república.

El Art.241 de la Constitución claramente lo establece: Los funcionarios públicos, civiles o militares que tengan conocimiento de delitos oficiales cometidos por funcionarios o empleados que les estén subordinados, deberán comunicarlo a la mayor brevedad a las autoridades competentes para su juzgamiento, y si no lo hicieren oportunamente, serán considerados como encubridores e incurrirán en responsabilidades penales correspondientes.

En su oportunidad continuaremos precisando los reparos hechos por la Corte de Cuentas a Quijano y su concejo municipal. No se trata de “señalamientos intrascendentes”, como dice el incoloro alcalde, son hechos tipificados como corrupción, malversación de fondos y violaciones al Código Municipal y otras leyes de la república.

Como los reparos son piedras en el zapato y un barril sin fondo todavía sin terminar de explorar por los auditores de la Corte de Cuentas, Quijano tratando de matar su chucho a tiempo como dice el refrán popular, pasa la página y enfoca sus dardos contra las realizaciones de este gobierno.

“No sabemos para qué han utilizado esa millonaria deuda, pues superan los $4 mil millones mucho más que la acumulada por los cuatro gobiernos de Arena”. Sobre este punto hay mucha tela por cortar: primero contradice a los altos dirigentes de su partido quienes nada más hablan de tres gobiernos excluyendo al de Saca.

En segundo lugar, es mentiroso pues la deuda contraída por este gobierno no supera los $2 mil 500 millones; además, es ignorante o maliciosamente oculta las grandes obras sociales y de infraestructura ejecutadas por este régimen. Para su ilustración nada más le señalamos los 500 kilómetros de carreteras construidas, reparadas o habilitadas, los hospitales construidos, entre ellos el de Maternidad, donde los areneros “desaparecieron” $24 millones.

Los cuatro centros de Ciudad Mujer donde hasta la fecha han sido atendidas más de 300 mil mujeres. Se está por inaugurar dos más en Morazán y San Miguel. ¿Ha escuchado señor Quijano de los paquetes agrícolas que en los dos últimos años han contribuido a obtener las mayores cosechas de frijol, maíz y satisfacer totalmente la demanda interna?

¿Y qué nos dice de los zapatos, útiles, uniformes, alimentación escolar y vaso de leche entregados a millones de niños salvadoreños? Estas obras serían suficientes para demostrar que usted es un mentiroso; pero también están los más de 45 mil títulos de propiedad de parcelas agrícolas entregadas a los campesinos.

Finalmente, debemos aclararle a usted y también para conocimiento de los salvadoreños, que su flamante asesor el inútil de Francisco Flores Pérez, cuando fungió como presidente de la república únicamente impulsó un tal sólo programa social, la alimentación escolar para unas cuantas escuelas rurales.

Y si usted es dado a las comparaciones (para nosotros son odiosas) lo invito a revisar lo hecho por los cuatro regímenes areneros en favor de las familias más humildes de este país, contra lo invertido y realizado por el gobierno del FMLN en estos cuatro años. Como dicen los salvadoreños: la fruta de madura cae.