El peritaje financiero ordenado por el Juez que llleva el caso no encontró elementos incriminatorios. No existen rastros de cuentas o bienes a mi nombre o de mis familiares o amigos que hayan provenido de fondos públicos.
Por Mauricio Funes
A diferencia de otros casos de peculado y lavado, en mi caso no existe un tan solo documento, una tan sola transacción, una tan sola prueba de la existencia de una red de exfuncionarios y familiares que yo haya dirigido para desviar recursos públicos y afectar las finanzas del Estado. Todo ha sido una construcción arbitraria y un montaje de la FGR bajo las órdenes de Douglas Meléndez y ahora de Raúl Melara para afectarme y meterme preso. Los supuestos recibos de CAPRES, compras de autos y otros bienes de lujo con fondos públicos, viajes de placer con fondos de la partida secreta o recibos de sobresueldos que algunos medios de derecha y la FGR aseguran tener TAMPOCO FUERON VALIDADOS por el peritaje financiero que ordenó el Juez.
Insisto. No tienen pruebas sólidas y sustentables que incriminen a mis familiares o a mí de haber cometido peculado y lavado de dinero. Por eso, DOS AÑOS después de que la FGR me acusó arbitrariamente el juez no ha podido dictar sentencia condenatoria.
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Compañeros y compañeras:
Ayer lunes, después de 3 meses perdidos, retomamos la batalla legal para derrotar la obscena persecución que el régimen ha puesto en marcha contra mí persona, mi familia y otras personas inocentes. Vienen jornadas de gran importancia, para desmontar ladrillo por ladrillo cada patraña que se han inventado entre magistrados de la CSJ y Raúl Melara FGR. La batalla la estamos dando casi con las uñas. Pero ni modo, son los tiempos que vivimos. A quienes valientemente nos han expresado solidaridad y están pendientes y acompañando, les damos los más sentidos agradecimientos. A quienes prefieren callar y hacerse a un lado, nada más recordarles que esta agresión es una especie de laboratorio, que no se detiene conmigo, hay planes en marcha que buscarán golpear a otros cuadros del Partido. Mientras tanto, nosotros seguiremos dando la batalla, aún a costa de los riesgos que para la familia éso implica. Y en esa lucha, nos encontraremos con las y los auténticos camaradas, que no abandonan a alguien que está en pleno combate.
Abrazos fraternos!
Sigfrido Reyes.
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