Políticas públicas y caridad

La respuesta fue inmediata. Unos me escribieron diciéndome que enviarían el dinero, otros enviándome el formulario de una ONG, por último, alguien de manera más efectiva donando la silla de ruedas. Hasta ya fue entregada.

A eso nosotros los cristianos le llamamos caridad. Solucionamos un problema a una persona concreta sin esperar nada a cambio.

Pero, ¿qué pasa con los 463 mil salvadoreños que están con algún tipo de discapacidad, se les puede solucionar sus problemas con caridad? No. Para ellos son necesarias políticas públicas.

Por esta razón es criticable cuando un gobierno o políticos utilizan la “desgracia” de la gente para hacerse notar como buenas personas y utilizan las redes sociales para mostrar “lo bueno” que son.

Las políticas públicas no buscan “ayudar” a una persona, sino que “responden a las demandas que tienen los ciudadanos”. Por ejemplo, con la caridad que hicimos solo solucionamos la falta de silla de ruedas que tenía la niña, pero ¿y las demás personas con discapacidad en Nueva Granada quién les va a dar una silla de ruedas? La niña no solo necesita una silla de ruedas, tiene problemas de salud, de alimentación, de atención especializada en educación, etc. Eso no se puede solucionar con caridad, sino con políticas públicas que pueden ser municipales o nacionales.

Por eso cuando veamos a los gobernantes haciendo alardes de su caridad, debemos recordarles que los elegimos para ejecutar políticas públicas y no para aprovecharse de la miseria humana de los pobres mostrando una falsa caridad.